Alberto Witvrun.-Fortunato Rivera Castillo por años a la sombra del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la protección de varios gobernadores perteneció al grupo dominante en San Felipe Orizatlán, hasta que nuevos intereses los desplazaron y entonces se convirtió en un Frankenstein priista y se volvió contra su creador contribuyendo al triunfo de otros partidos políticos en el municipio que alguna vez gobernó.
Ausente en la escena política por varios años, desplazado por nuevos cuadros reapareció como candidato a diputado federal de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y como la mayoría de los actuales legisladores llegó al Congreso de la Unión, montado en la ola lópezobradorista y, a partir de ahí él ha querido recuperar la hegemonía que tantos beneficios le arrojó por décadas.
Para ello se ha valido de todo, desde victimizar a su familia hasta realizar giras de trabajo para ofertar programas y apoyos sociales, con concentraciones de 400 a 600 personas, que fueron engañadas para generar en funcionarios del gobierno federal un falsa impresión de que tiene capacidad de convocatoria y que es “el hombre fuerte en la Huasteca” para Morena.
Así a 5 meses de la gira que por Sierra y Huasteca (24 de junio) que realizó el director de Ganadería de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) David Monreal Ávila, promovida, por él, al menos eso dijo, Rivera Castillo, donde se prometieron paquetes consistentes en un semental y tres novillonas dentro del programa ganadero de crédito a la palabra, el hato de ambas regiones no ha crecido, porque no se ha entregado un solo animal.
Pero Nato, insiste en impulsar a su familia para el ayuntamiento orizatlense, a pesar de que en la elección donde ganó la diputación federal, perdió en ese municipio, que en lo local fue el único que ganó el PRI, pero así las cosas con el diputado federal morenista que camina entre promesas incumplidas y creando espejismos en el gobierno federal, como lo hizo cuando priista era.