Alberto Witvrun.- Voces opositoras al régimen, tenues y pocas por cierto además de las minorías morenistas que buscan posicionamiento exigiendo que se le quite el nombre del fundador del Estado
de Israel al Centro Cultural Hidalguense, buscan descalificar este complejo al que
ciertamente le faltan espacios urgentes para una ciudad en crecimiento como Pachuca,
que requiere de alternativas para la población local y para los visitantes.
Este complejo y la habilitación del espacio que ocupa el Centro de Alto Rendimiento,
atienden no del todo necesidades en materia de cultura, deporte y recreación, que no han
sido muy exitosas que digamos y aunque insuficientes son necesarias ambas instalaciones
que en el caso del abierto el domingo paradójicamente sigue beneficiando a uno de los
grupos empresariales ampliamente beneficiados por los últimos cinco gobiernos priistas.
Volver punto de concentración social este espacio, permitirá que los pachuqueños
conozcan el Centro Interactivo Mundo Futbol y el Salón de la Fama del Fútbol, dos
proyectos del Imperio Tuzo de la familia Martínez Patiño que no han logrado los objetivos
con que fueron “vendidos” a los gobiernos del Revolucionario Institucional, que les
regalaron la tierra y el inmueble donde se proyectó el Museo de Arte Contemporáneo
(MAC).
Así que, si opositores y activistas de “izquierda” quieren hacer algo por Pachuca y los
pachuqueños debieran emprender la campaña para que el Imperio Tuzo, devuelva el MAC
y con parte de la fortuna amasada en tres décadas ahora si compren un terreno todos se
los han donado o dado en comodato y construya su Centro Interactivo y le devuelvan a los
pachuqueños el inmueble construido con recursos del pueblo.
Vamos si el gobierno del estado hace suya esta posibilidad completaría el proyecto de
Centro Cultural, porque al complejo y a la biblioteca Ricardo Garibay se le agregaría un
museo, de lo que carece como tal Pachuca y hasta una sala de conciertos que tampoco
tiene, y al Imperio Tuzo tras todos los beneficios recibidos, sería como quitarle un pelo al
gato o al roedor, como la prefieran.
