Jesús Sánchez
Lo peor que puede hacer un político es aparentar que no pasa nada cuando
en la realidad todo ocurre, sobre todo si buena aparte del país está bajo el
asedio de la violencia criminal.
Y no, no nos hacemos a la idea de que la violencia terrorista en las calles de
nuestro querido país, sea parte de lo cotidiano. De las autoridades que están
para defender a la población, solo recibimos discursos timoratos.
Coincidimos con quienes piensan -como Liébano Sáenz @liebano- que esto
puede descomponerse aún más en el contexto de la renovación de poderes
del 2024. Y antes en el Edomex y Coahuila.
Y si estas últimas horas han sido de terror, espanto y miedo, el escenario que
se asoma en el corto plazo es de pesadilla.
Las crónicas periodísticas y la información compartida en redes sociales
muestran un país en llamas (y no es metáfora), escenas dantescas de
vehículos incendiados, balaceras, personas masacradas, comercios de
conveniencia (OXXOs) convertidos en cenizas.
Desde los salones de Palacio Nacional ven normal que las bandas criminales
se enfrenten y lejos de dar un mensaje enérgico escuchamos
pronunciamientos tibios. “Ojalá y ya no se repita, que no se metan con
civiles…”. ¿Qué fue eso?
Resulta imposible no percibir la tardía acción del gobierno federal. ¿O
pretenden justificar así la fusión de la Guardia Nacional al Ejército?
Y luego el silencio. Como si no pasara nada.
De algo podemos estar seguros, que acusar a los criminales con sus mamás
para que los ponga en orden a chanclazos, no sirve de nada.
Desde luego que la violencia desatada por los criminales en Jalisco,
Guanajuato, Chihuahua, Baja California y Michoacán aterrorizó a la agente,
pero también permitió que se diera rienda suelta al sospechosismo. ¿Qué
casualidad, no?, diría @macariomx.
El escritor y periodista británico Ian Fleming no creía mucho en el azar: “Una
vez es coincidencia, dos es casualidad y tres es la acción del enemigo.”
La gente quiere vivir tranquila. Pero las calles de las ciudades atacadas por los
criminales están casi vacías, los negocios cerrados. El miedo apoderándose
de los espacios públicos.
Una piedra en el camino
Sucede que el despliegue de la violencia criminal de este fin de semana
coincide con un tema harto sensible, la intención de que el Ejército absorba
orgánicamente a la Guardia Nacional, lo que sería como ponerle la cereza del
pastel al verdadero poder tras el trono.
Pero no está tan fácil. Además de la resistencia opositora y la sensatez
jurídica, lo que se ve es que AMLO no tiene el respaldo en todo su rebaño en
el Congreso.
Este fin de semana se conoció un amplio análisis jurídico de Ricardo Monreal,
de quien dicen tiene un pie fuera de Morena por no incluirlo entre las
corcholatas y taparroscas de Palacio.
El jefe de los morenistas en el Senado establece en términos legales que
simplemente no se pueden mezclar peras con manzanas.
Puntualiza, por ejemplo, que los preceptos constitucionales de la prevención,
investigación y persecución de los delitos son actividades que no están
conferidas a autoridades militares sino a instituciones de carácter civil como
la Guardia Nacional (GN), lo cual justifica que la adscripción de la GN sea a
una institución de seguridad pública y no de seguridad nacional.
Y subraya lo que los juristas y legisladores respetuosos de la ley saben, que la
única vía para modificar la naturaleza jurídica de la Guardia Nacional, para
hacerla transitar del carácter civil al carácter militar, es a través de una
reforma a la Carta Magna. Y no les alcanza.
Ahora bien, para Monreal está claro que otra vía, la de los decretazos,
generaría inconformidades ante la Suprema Corte, por parte de grupos
políticos y sociales, pero el tiempo que tardarían en procesarse agudizaría los
desacuerdos.
El mensaje de Monreal y su grupo es que si buscan modificar las leyes
secundarias, no van a entrarle a ciegas, aunque estarán pendientes para
analizar lo que les proponga el Ejecutivo.
O sea que no está tan fácil pintar todo de verde olivo.
Columnómetro de Aquiles Baeza.
1.- ¿En qué país viven las corcholatas?
Dicen los mala pensados, que ninguna de las corcholatas de Palacio brilla por
sí misma.
Y que eso no gusta a #YaSabenQuién porque tiene que seguir haciéndoles la
chamba. Por eso cuando los malosos andaban quemando OXXOs, en Palacio
optaron por hablar de popularidad y encuestas.
Vaya, a doña Claudia la sigue la mala sombra porque cuando no le sale humo
al Metro se le inunda o se le derrumba. Pero qué tal se fue a Chiapas a hablar
de la reconstrucción de la Ciudad de México después de los sismos. ¿?¿?¿?
Nos dejó así con cara de what. A ver cuándo viene a visitar a los chilangos.
Marcelo anda feliz platicando con el pajarito que le regaló Maduro, luego de
reanudar relaciones con Venezuela y con el ala oscura de la exguerrilla
colombiana. Parece que ya se le olvidó que su jefe propuso ser mediador
entre EU, Rusia y China para una tregua de cinco años para evitar tensiones
bélicas y comerciales; parece que no les hicieron caso. Por cierto, ¿no que era
muy amigo de los Trump?
Y ni qué decir del otro López, que se le da bien eso de la planchada. Digamos
que le costó varias selfies pero planchó bien al góber de Nuevo León para
que aplaudiera el plan de llevar, algún día, agua a Monterrey (que conste,
prometieron que a mediados de 2023).
2.- Parecía broma cuando soltó el dicho de que “lo mejor, es lo peor que se
va a poner”. Y miren.
3.- Pues con la novedad de que Dos Bocas aumentó otra vez su estimado de
gastos, o sea que costará 14 mil 605 millones de dólares. Pemex pidió 6 mil
500 millones de dólares adicionales. Ojalá y no usen estos dineros para hacer
el cochinito electoral de 2024.
4.- Esto no acaba todavía.
Como se lo platicamos, el Banco de México ajustó otros 75 puntos base la
tasa interbancaria para colocarla en 8.5 por ciento. De acuerdo con los
expertos hasta septiembre podríamos ver el pico inflacionario, que ayudaría
encontrarle un tope a la tasa, misma que podría situarse para finales de año
hasta 9.5 o 10 por ciento y que así se mantenga por mucho tiempo.
5.- La alcaldesa de Tijuana, pide a las bandas criminales que cobren factura a
los negocios que no han pagado. ¿Pues de qué lado está?
6.- Nuestra solidaridad con el historiador Enrique Márquez @emarquezj
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