Alberto Witvrun.-No trascendió en los medios la amenaza de la diputada federal Sandra Simei Olvera Bautista a Hugo Martínez Sánchez sucedida en Actopan el 14 de septiembre; menos hubo denuncia en la tribuna del Congreso local solicitando su «licencia» como el diputado local Fortunato González Islas lo exigió al presidente municipal de Huejutla de Reyes Daniel Andrade Zurutuza por amenazar a Rubén Juárez León.
El lenguaje fue similar, Olvera Bautista que apareció en la escena política como asistente de Xóchitl Gálvez Ruiz en su campaña al gobierno de Hidalgo que le sirvió para alcanzar una diputación local por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), simplemente le dijo a Hugo Martínez que se lo hiba a llevar la chingada, después de acusarlo de desinformar sobre sus actividades como legisladora.
Esta vez nadie de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) alzó la voz en contra de la ex coordinadora de comunicación social del desaforado diputado federal Cipriano Charrez Pedraza y diputada federal por segunda ocasión.
Lo menos que se puede esperar es que el legislador local huasteco Compa Nato, como le gusta que le digan, vuelva a tomar la tribuna para pedirle a su compañera de partido que solicite licencia al cargo por la similar agresión a la que hizo Andrade Zurutuza.
De no hacerlo el legislador local no solo quedará mal, también exhibirá que en Morena se utilizan las tribunas con oportunismo para vendetas políticas y personales, no para actuar en favor de causas justas.
Esperemos que tanto en el caso de Rubén Juárez como en el de César Martínez, las autoridades actúen, pero más, que estas actitudes no se repitan con ellos y con nadie de los trabajadores de los medios de comunicación.
Y el gremio periodístico debe estar atento, porque como sucede en Huejutla, una agresión puede ser utilizada con fines políticos, cuya «defensa» sirva para atacar políticamente a sus enemigos.
Por lo que hace a la diputada federal, debe aprender que su tarea es legislar no producir Tik Toks, que esta sujeta al escrutinio popular y a rendir informes de su tarea legislativa, lo que no se resuelve amenazando reporteros.
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