Alberto Witvrun.- El ex diputado local y ex presidente de la Fundación Hidalguense Rafael Garnica Alonso en
redes sociales afirmó que le tengo odio a los hermanos Sosa Castelán y por eso las criticas
al Clan Sosa Castelán, lo que está muy alejado de la realidad, porque en 42 años de
cobertura reporteril de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) nunca he
recibido una aclaración; si la noche del 6 de junio de 1987 once disparos a las instalaciones
del periódico vespertino Nuevo Día, por lo que publicaba.
A lo largo de este tiempo donde he transitado por varios medios de información, impresos
y electrónicos he publicado logros de la universidad, en el entendido que quienes tienen el
control burocrático, financiero, político y han usufructuado su inteligencia no son la UAEH,
esta es mucho más, académicos, trabajadores, investigadores, alumnos y egresados que
quieren y respetan a su alma mater.
Hace once días en el reconocimiento al autor del libro La Sosa Nostra, quedó claro no
podemos perder la memoria histórica de Hidalgo, no debemos olvidar asaltos, saqueos,
robos, golpizas y muertes del vandalismo porril, cuando había anuncios en periódicos
solicitando personal con la leyenda Egresados de la UAH, abstenerse.
Si todo estuviera bien, Gerardo S. C. no estaría enfrentando un proceso penal y buen
número de dirigentes estudiantiles pasado por algo similar o bien huir por cometer
delitos; nombres hay muchos, victimas también, por eso es bueno recordar origen,
métodos, formas de este grupo que se encumbró en el poder y no quiere, no le gusta que
se recuerde esos pasajes.
No, no hay odio a los Sosa Castelán, a lo largo de cuatro décadas de cobertura periodística
forje buenas relaciones e incluso amistades con integrantes del Grupo Hidalguense de
Desarrollo Integral, A. C. asociación creada por el grupo original incluso por muchos años
hubo dialogo directo con Gerardo S. C., nuestros puentes: Alfonso Briones, Jorge Márquez,
José Antonio Villegas, Jaime Rivas y los diálogos respetuosos, respetando vida privada y
cuestionar y analizar el actuar público y político, con sus obvios desacuerdos.
