Alberto Witvrun.- La ruptura del secretario general de la Sección XV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) Said Vargas Saénz con el equipo político que lo llevó al cargo
contra quien lanzó una campaña mediática para descalificar a los ex secretarios Francisco
Sinuhé Ramírez Oviedo y Sergio Hernández Hernández tuvo respuesta el domingo en el
Encuentro Aliancista, donde sin mencionar su nombre fue calificado de traidor.
En estos conflictos siempre hay dos caras de la moneda una es que el atotonilquense no
respetó acuerdos y quiere el control absoluto de la estructura, aunque fue respetado y él
rompió lanzas e inició una cacería de brujas sin importar que muchos de los que persigue
fueron clave en su triunfo del 17 de julio de 2022 sobre Julio Mayorga Hernández.
No sólo, tiene otros frentes abiertos con personajes identificados con su antecesor Luis
Enrique Morales Acosta, además de que mediante amenazas y represión lleva a cabo la
silenciosa afiliación a Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que ordenó el
dirigente nacional Alfonso Cepeda Salas, lo que han denunciado profesores que
simpatizan con los partidos de la Revolución Democrática Hidalgo (PRDH) y Nueva Alianza
Hidalgo (Panalh).
Más allá del fuerte pronunciamiento del presidente municipal de Zempoala, quien dijo
que quien “falla a sus amigos es un traidor” en reuniones previas tanto él como Sergio
Hernández han pedido a los trabajadores de la educación mesura y no afectar al sindicato
ni a la educación, para cumplir con los compromisos políticos.
La otra versión es que apenas ganaron hace 3 años, se distribuyeron posiciones y Vargas
Saénz, no quiso imposiciones de los otros dos integrantes del equipo político inicial
porque el secretario general es él; así como no se presentaba en el SNTE con la
atropellada llegada de Moisés Jiménez Sánchez para suceder a Cosme Hernández Ortega,
el panorama se empieza a contaminar para los siguientes 12 meses en que el magisterio
hidalguense vivirá un año electoral.
