Alberto Witvrun.-La semana anterior el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a lanzarse en contra de los cacicazgos en las universidades públicas, reprobó que algunos personajes impongan rectores y controlan la vida de esas instituciones de educación superior y puso como ejemplo claro de este mal que aqueja a muchas comunidades universitarias al ex rector de la Universidad de Guadalajara (UdeG) Raúl Padilla López.
Ex presidente de los Leones Negros de la Federación de Estudiantes de Guadalajara (FEG) en los años 0chentas Padilla López, logra desde la organización estudiantil el control de esta importante universidad pública y exporta su modelo por lo menos a otras 10 universidades autónomas estatales, entre ellas a la Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y tiene como a uno de sus mejores alumnos a Gerardo Sosa Castelán.
Por ello las acciones legales emprendidas desde la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) que el Clan Universitario atribuyó en principio al entonces subsecretario y posterior secretario Arturo Herrera Gutiérrez, no vinieron de él, sino directamente de Palacio Nacional como un mensaje claro y directo contra Padilla López quien además es aliado del gobernador de Jalisco Enrique Alfaro.
Las acciones en contra del jefe del Clan Universitario de Hidalgo, es todo indica tienen sustento legal y será un juez quien lo determine, pero lo dado a conocer hasta ahora encontraron el respaldo de las declaraciones del ex operador financiero Oscar Pacheco Medina, dice el refrán popular “se puso de pechito”.
Lo incongruente es que a pesar de las decisiones presidenciales en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) le siguen respetando posiciones al Clan Universitario y se mantiene como actor y factor de la política hidalguense, sin importar que se encuentre recluido en un penal de alta seguridad, tal vez porque el objetivo central no es él, sino su Tlatoani Raúl Padilla López.