Alberto Witvrun.-La reivindicación que de la unidad priista se realizó el sábado está en el aire aún, sin duda el llamado en voz de Alejandro Moreno Cárdenas y de Julio Valera Piedras, resonó en las estructuras del Revolucionario Institucional (PRI) que también se entendió como llamado a la histórica disciplina partidista a quienes aspiran a la candidatura al gobierno de Hidalgo para las elecciones del próximo año donde el gobernador Omar Fayad Meneses tendrá un papel preponderante.
Quien acusó recibo y dio respuesta inmediata fue Carolina Viggiano Austria, quien de paso desecho la ridícula posibilidad de que fuera postulada candidata al gobierno de Coahuila al tiempo que dijo no tener diferencias con el presidente municipal de Mineral de la Reforma Israel Félix Soto, pero habrá que esperar en tierra el comportamiento de estos y los demás actores, porque no van solos, hay otros personajes que aspiran y otros que aparecerán.
La posibilidad de este ejercicio de unidad tendrá una repercusión política en las siguientes semanas, porque la reiteración de esta narrativa no basta, se requiere la demostración para presentar un frente real que elimine la conjura de una traición en la realidad de los tiempos que se avecinan, porque puede ser otro quien aparezca en las boletas de junio, ante la aparición del tercero o tercera en discordia o la aplicación del veto.
La postura de las dirigencias es una ventaja para quienes realmente sumen y generen unidad en el priismo y sus posibles aliados en la próxima contienda; fuera de esta novedad la política tiene lógicas y los pronunciamientos, pero sobre todo el actuar de los actores centrales serán importante para darle cristiana sepultura a la división, lo que aumentará la posibilidades de triunfo para el candidato o candidata que postule el PRI.
Y como discursos, artículos, entrevistas y ataques en redes no bastan, los movimientos que se observen o puedan conocerse determinarán el rumbo a tomar de quien tendrá el fiel de la balanza que sabe jugar como en los grandes circos en dos o tres pistas para alcanzar el mejor resultado y reconquistar el viejo amor del priismo que se llama unidad, siempre con el riesgo de que alguien no quiera apaciguarse y no se resigne a tener la oportunidad más adelante y acepte sumar no restar.