Alberto Witvrun.-La suspensión del proceso interno de selección de candidatos a diputados locales del Partido Revolucionario Institucional (PRI), nada tiene ver con la pandemia y menos a con que se le haya echo bolas el engrudo a la dirigencia por los 76 aspirantes que se registraron para las nueve candidaturas que le corresponden de la coalición Va por Hidalgo que integran con los partidos Acción Nacional (PAN), Encuentro Social Hidalgo (PESH) y de la Revolución Democrática (PRD).
El fondo de esta medida se debe a un reacomodo en los acuerdos que dieron paso a la alianza nacional, porque existe la posibilidad que PAN y PRD postulen a un priista respectivamente, es decir que el PRI lleve en realidad a la contienda federal intermedia cinco y no tres candidatos como señala el convenio inicial, aunque estos aparezcan como postulados por los otros suscribientes.
Lo que por consecuencia representa ajustes en quienes serán registrados como candidatos a las diputaciones locales donde el PRI cubrirá el 50 por ciento de los 18 distritos, por lo que la jefatura priista hidalguense, recompone las estrategias para llevar al proceso electoral constitucional a los mejores perfiles que le permitan recuperar la mayoría en el Congreso del Estado.
Parecen muchos los 76 candidatos, pero para la dirigencia priista la cifra es alentadora porque refleja la confianza en sus cuadros en competir con posibilidades de triunfo luego de los resultados en las elecciones municipales del 18 de octubre y lo que consideran una caída en las preferencias de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por los malos resultados del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
Y si las cosas resultan de mantenerse las tendencias electorales del 18 de octubre, el Revolucionario Institucional, tendrá mayor representación en San Lázaro y recuperará la mayoría en el Congreso local, dos objetivos que confirmarán porque Omar Fayad Meneses está ubicado entre el primero y segundo gobernador mejor calificado.