Alberto Witvrun.-El encuentro público entre Carolina Viggiano Austria e Israel Félix Soto precedido de una primera reunión privada el martes 18 de enero y del que la precandidata sostuvo con el gobernador Omar Fayad Meneses el domingo 23 despresuriza la atmósfera de tensión que se vivía en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y en principio genera calma en sus estructuras.
Pronósticos y quinielas que se corrieron en diferentes espacios en los que participaron personajes priistas sobre que el presidente municipal de Mineral de la Reforma de no ser el elegido buscaría el membrete de Movimiento Ciudadano (MC) para ser candidato y que no se sumaría e iría en contra de Carolina Viggiano, se diluyeron, lo que es un golpe para quienes buscaron profundizar las diferencias.
Félix Soto construyó estructuras y un importante número de expresiones simpatizan con él, más allá de contar con el respaldo del titular del Ejecutivo y, para elevar la competitividad de la candidatura de la coalición Va por México se requiere de su participación, la que se anunció formalmente este domingo, lo que vuelve más interesante el proceso electoral porque la campaña de Carolina Viggiano se nutrirá con ambos.
El proceso para conciliar proyectos y sumar no fue fácil, mucho tuvo que ver el presidente del Comité Directivo Estatal Julio Valera Piedras, pero sobre todo la voluntad política del gobernador para llegar a acuerdos donde no hubo monedas de cambio, sino el interés común de tratar de mantener a Hidalgo como bastión priista ante un adversario que lleva ventaja en las encuestas.
Internamente no todo queda ahí, la interrogante es que sucederá con aquellos que no atendieron el llamado a la unidad e intentaron radicalizar las posiciones, como quienes insistieron en ver fuera del PRI a Félix Soto, porque en esos puntos se probará hasta donde llega la unidad priista. Como sea la asistencia de Israel Félix a la reunión de presidentes municipales con Carolina Viggiano en la sede priista envía buenas señales al priismo; el siguiente paso es demostrar que la unidad tan invocada por todos los actores priistas, no es simulada para elevar la confianza de su militancia y atraer el mayor número de votos en una competencia que será cerrada.