Alberto Witvrun.-Parece tarde para Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) por lo menos en Hidalgo, que se pueda darle institucionalidad interna a este partido político que desde la campaña presidencial se convulsiona por una lucha intestina derivada de los acuerdos cupulares que desplazaron a quienes desde un principio le apostaron al proyecto lopezobradorista y abrieron paso al corporativismo en beneficio del grupo de poder que encabeza Gerardo Sosa Castelán.
Esta pugna sorda, se trasladó al Congreso local donde hay acusaciones en contra de 7 legisladores de atacar a la fracción mayoritaria de la fracción es decir a los 9 diputados que obedecen ciegamente a los intereses del jefe supremo del Patronato de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), porque están “comprados” por el gobierno priista, mientras estos acusan a los “universitarios” de ir en contra de los objetivos de la 4T al votar en contra de la Interrupción Legal del Embarazo (ILE).
El dialogo abierto que sostuvo el presidente nacional interino Alfonso Ramírez Cuéllar y la intención de dejar en manos de la dirección estatal el proceso electivo interno, puede provocar mayor convulsión, porque los que se sentían “amarrados” no se quedarán con las manos cruzados y tal vez el Comité Estatal, no tenga la capacidad para garantizar el piso parejo que ofrece el ex barzonista en tan poco tiempo con una lucha de intereses en lo local y lo nacional.
Establecer institucionalidad interna, es difícil en poco tiempo y será casi imposible blindar el proceso de postulación de fuerzas externas o de grupos de poder, mediante una convocatoria y menospreciar las coaliciones, lo que puede ocasionar que las canicas de Encuentro Social Hidalgo (PESH), Verde Ecologista de México (PVEM) y del Partido del Trabajo (PT) inclinen en algunos municipios la balanza del lado contrario a Morena.