Después de varios torneos cortos de no asistir a la fiesta grande de la Liga MX, los Tuzos están virtualmente como invitados en el Clausura 2019, con la ilusión de sumar una estrella más en su playera.
Por fin se hizo justicia a la directiva y aficionados, luego de una inversión importante y la baja de Paco Ayestarán, por Martín Palermo, en las primeras fechas de la temporada, en una decisión drástica, pero oportuna, contraria a su política.
El cambio de técnico era necesario y afortunadamente dio los resultados esperados, porque los refuerzos representaban una garantía, para tener buenos frutos, que ahora se justifican con el retorno a la liguilla de los Tuzos.
Hasta el momento se cumplió con el principal objetivo, porque el resto es un torneo diferente que empieza de ceros, con la participación de los ocho mejores del torneo regular, que llegan con un solo objetivo, conquistara el título.
Sin embargo, debemos estar conscientes que hay equipos de primer nivel, con inversiones superiores y con los mejores jugadores extranjeros y mexicanos, que los hace favoritos para aspirar al título.
Pero, también es común, que los “pequeños” se crecen y que el ocho resulta tan complicado como el uno y que esto mantiene las esperanzas de los Tuzos de dar la campanada, de avanzar, partido a partido, sin las presiones de los “grandes”.
Para ello, es necesario reconocer el trabajo de Martín Palermo en amalgamar un equipo competitivo con los refuerzos y la base de un plantel, que se siente motivado para aspirar a un título más de la Liga MX.
Como colofón, debemos recordar que al Pachuca le faltan dos compromisos en puerta, la visita del Atlas y el cierre contra el León, en el Bajío, donde el estratega tuzo podrá analizar a su plantel base para afrontar la liguilla, pero siempre cuidando los resultados, para llegar en su mejor forma a la recta final.