Alberto Witvrun.-Corre una versión de que el primer sorprendido con el resultado electoral en Pachuca, fue el gobernador, la cual es reforzada por una expresión atribuible a los equipos de Sergio Baños Rubio y Benjamín Rico Moreno: “nos dejaron solos”, porque no hubo apoyo extra de secretario alguno del gabinete, que de confirmarse, indica que Omar Fayad Meneses, no metió las manos en la contienda constitucional, por lo menos en la capital.
Ingenuo sería afirmar que no intervino en el proceso, pero estableció límites, no sin antes influir en el proceso interno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), lo que obvio no es reconocido por actores de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) como Ricardo Baptista González que acusó en la tribuna del Congreso la intromisión del gobierno y Pablo Vargas González, que insiste en que fue objeto del fraude electoral, que no ha podido probar.
Así por definirse las impugnaciones en la segunda instancia, el gobernador y el PRI revisan sus piezas y estas aumentaron con el resultado electoral del 18 de Octubre, en particular en Pachuca donde además del presidente municipal, está Benjamín Rico Moreno que creció políticamente y generó un posicionamiento interesante para competir en los procesos que se avecinan.
Obvio que otra pieza estratégica está en Mineral de la Reforma con Israel Félix Soto, cuyo trabajo político creó condiciones para que el PRI siga teniendo resultados positivos en la zona metropolitana; no solo también en el gabinete empiezan a sobresalir por su trabajo político varios secretarios: Jessica Blancas, José Luis Guevara, César Mora, Alejandro Enciso, José Luis Romo y Carlos Muñiz.
En la lista de piezas o cuadros con los que puede jugar, están la presidenta y el secretario general del PRI, Erika Rodríguez y Julio Valera, que regresaron a la senda ganadora a su partido, a ellos hay que agregarle personajes de influencia regional que empiezan a aparecer en zonas como la Huasteca, Tulancingo y Tula, para buscar recuperar la mayoría en el Congreso local, que ya se define como la prioridad política, sin descuidar las elección federal intermedia.