Alberto Witvrun.- No sería la primera vez que un legislador quiera sacar raja política que favorezca a su
posicionamiento a través de “apoyar” al gremio periodístico, aunque también hay que
conceder el beneficio de la duda, de una sana intención, aunque las formas y los métodos
no sean los adecuados lo que demuestra un desconocimiento de las personas periodistas
y de la responsabilidad social que tienen al ser esta una actividad de interés público.
Crear leyes de protección al ejercicio profesional del periodismo, requiere de un ejercicio
serio y hay que acudir a especialistas no basta con justificarlas mediante la invención de
foros donde no hay profundidad en el análisis y los comentarios se confunden lo que lejos
de darle sustento a una legislación la vuelve confusa y puede causar efectos contrarios a
los que teóricamente se persiguen.
Para le legislación vigente el entonces diputado local promovente Onésimo Serrano
González, no solo la consultó, también solicitó la opinión, el asesoramiento y
acompañamiento de personas estrechamente vinculadas a la defensa de la libertad de
prensa y expresión, también de los derechos y desarrollo profesional de las personas
periodistas como Rogelio Hernández López y Andrés Solís entre otros.
Todo antes de elaborar un ante proyecto que al final consideró a personas defensoras de
derechos humanos para homologarla con la ley federal en la materia, pero que su origen y
sustento era el gremio periodístico que ya sufría el embate no solo de la delincuencia
como lo confirman las estadísticas que probaron que la mayoría de las agresiones
provenían de funcionarios públicos y políticos.
Esto junto la necesidad de promover e impulsar el desarrollo profesional de las personas
periodistas para amalgamar la academia con el empirismo como el principio para colegiar
a los profesionales de esta actividad con el objetivo central de que contribuyan cada vez
más y mejor a la consolidación de la democracia representativa, por ello no se puede
partir de cero, porque existe una legislación que no quiso ser reglamentada, lo que
primero debería analizarse para actualizarla.
Por ello antes de continuar con los foros que ni por asomo es un parlamento abierto el
Congreso local, debe realizar un ejercicio interno si quiere realmente beneficiar no a un
gremio sino a la sociedad toda con una legislación que obedezca a las necesidades reales,
sin que se utilice para fines personales de posicionamiento político.
