Alberto Witvrun.-Hace 26 años en un partido de copa contra el América hizo su presentación la Barra Ultra Tuza, financiada por la Promotora de Fútbol Pachuca que tropicalizó los grupos de animación de sur y centro américa, para apoyar a Tuzos del Pachuca, desapareciendo a las tradicionales porras que apoyaron al equipo en el estadio Revolución Mexicana desde su paso por la segunda división del balompié profesional mexicano.
La “idea” fue del entonces director deportivo el argentino Andrés Fassi al presenciar en San José de Costa Rica un partido del Saprissa, cuando fue con Jesús Martínez a contratar a Rolando Fonseca, pero además “firmaron” a Jorge Díaz “El Chino” que junto con un trío de chilenos organizaron a la Ultra Tuza, quintándole buena parte de espectáculo familiar.
Se recuerdan los cánticos como aquel de “…Que lo venga a ver, que lo vengan a ver, este no es un portero es una puta de cabaret…” que además de insultar al contrario tiene fuerte carga misógina, mientras los tambores no cesaban y unos desadaptados vestidos con faldas blanquiazules, tratando de imitar la vestimenta escocesa, argumentando el origen del fútbol que se da en Inglaterra no Escocia, se levantaban las faldas enseñando el trasero.
Este modelo fue adoptado por otros equipos profesionales y al igual que la Ultra Tuza, se tornaron violentos porque fomentaron el fanatismo, lo que obligó al Imperio Tuzo a retirar el financiamiento a la Ultra Tuza después de una riña con porristas de Pumas de la Universidad Autónoma de México (UNAM), convirtiéndose en una herencia maldita de Andrés Fassi al balompié mexicano.
Porque las barras son cuestionadas por lo sucedido en el estadio Corregidora de Querétaro, que si bien parece tiene trasfondo delincuencial e incluso político, estos “grupos de animación” fueron el pretexto para provocar este lamentable acontecimiento, donde lo que resta es pedir que no haya impunidad, pero sobre todo que no haya víctimas mortales.
Obviamente hay quien defiende al Imperio Tuzo, por crear la Universidad del Fútbol, el Salón de la Fama, el Mundo Futbol, el centro de convenciones Tuzo Fórum, un hotel y una cadena de restaurantes que generan cientos de empleos, aunque se olvida el indiscriminado apoyo de los anteriores cuatro gobiernos estatales.
La franquicia les fue prácticamente regalada, les dieron en comodato el estadio Miguel Hidalgo y el poli fórum José María Morelos, gobierno pagaba la escuela de fútbol y Andrés Fassi, cobraba el derecho formación terminando con las carreras de jóvenes promesas que no tuvieron 500 mil pesos para “comprar su carta”; les regalaron 12 hectáreas para su universidad, se apoderaron de otras dos para homenajear a Pelé; cinco para el hotel, el Tuzo Fórum y el Salón de la Fama, además del inmueble del Museo de Arte Contemporáneo, donde opera Mundo Fútbol.
Nadie puede negar que tienen visión empresarial, construyeron el Imperio Tuzo, aprovechando al máximo el apoyo de los gobiernos de Jesús Murillo, Manuel Ángel Núñez, Miguel Ángel Osorio y Francisco Olvera, no se diga de los municipales con la condonación de impuestos mediante convenios ventajosos; todo es negocio, ni pizca de altruismo, lo que permitió su expansión con buenos productos (léase jugadores y equipo ganador).