Alberto Witvrun.-Pues dice mi mamá que siempre no y, no el presidente Andrés Manuel López Obrador dio un descolón político al Corporativo Grupo Sosa, que a pesar de la versión de que marcharon 31 mil universitarios, lo cierto es que apenas fue un diez por ciento los que caminaron de la Preparatoria 1 a Plaza Juárez y el pequeño grupo compuesto por el rector, ex rectores y una veintena de alumnos se quedaron con ganas de ver al presidente.
Sus gestores no convencieron al mandatario que utilizó como mensajero al diputado Ricardo Baptista González para decirles que en las siguientes horas los recibiría el subsecretario de Gobernación Alejandro Zoe Robledo Aburto y, que tenía la audiencia con la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) para aportar pruebas de que no hay corrupción ni lavado de dinero a través de las 164 cuentas todavía bloqueadas.
El delegado para los Programas de Desarrollo, Abraham Mendoza Zenteno, tampoco fue un buen canal, ni siquiera el empresario hidaklguense del transporte Cuauhtémoc Martinez García, uno de los vínculos de Gerardo Sosa Castelán con la presidenta de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) Yeidckol Polevnsky Gurwitz, pudo lograr el encuentro, así que el mensaje está dado, si hay corrupción enfrentarán las consecuencias.
Y todo indica que por si las dudas, de lo que vaya a pasar varios de los diputados morenistas del Corporativo Grupo Sosa prefirieron asistir a la inauguración del C5i que ir a la mini marcha, ni siquiera la ex secretaria general del sindicato de personal académico (SPAUAEH) Lidia García Anaya, fue acompañar a la caminata a su jefe político, lo que no es un buen mensaje, porque la curul se la debe a Gerardo Sosa no a López Obrador.
Podrán decir misa, que todo formaba parte de la estrategia, lo cierto es que les salió el chirrión por el palito, lo que Gerardo Sosa ya presentía por eso no fue al frustrado encuentro con López Obrador y envió al rector Adolfo Pontigo; midió los escenarios y la poca respuesta de la comunidad universitaria que hizo de la macro marcha fuera una mini caminata, prefiriendo no restar en el desaire presidencial.
Y tratar de arreglar las acusaciones de presunto lavado de dinero y actos de corrupción con Zoe Robledo; con quien le puede ayudar el coordinador cameral Ricardo Baptista o de plano cruzar los dedos porque sus operadores financieros tengan todo en regla y no les puedan demostrar ninguna irregularidad en el manejo financiero de las 164 cuentas congeladas, de lo contrario pesará la sentencia presidencial: no solapara la corrupción.