Alberto Witvrun.-En la última semana familiares de internos del centro de rehabilitación de la Fundación 10 de Junio, revelaron que en las instalaciones ubicadas en el centro de Zapotlán se registró un contagio Covid-19 de alrededor de 50 personas concentradas en ese lugar donde se brinda atención contra adicciones que se conocen popularmente como “granjas” sin que hubiera un aviso a las autoridades sanitarias, lo que tal vez sea ha convertido en un punto de propagación de la pandemia en su tercera ola.
Con un cobro de seis mil pesos mensuales más gastos extras como medicamento y servicio de psiquiatría, esta fundación que se anuncia sin fines de lucro dirigida por Julio Flores, solo informó a las familias de las personas que ahí recibían atención para que cubrieran el costo de 800 pesos de la prueba realizada por el laboratorio Lynn – Curie asentado en Tzayuca, y quienes dieron positivo fueron entregados a sus familias para que se hicieran cargo de ellos.
Nadie sabe si todas las personas entre internos y personal de la Fundación 10 de Junio recibieron la atención adecuada y si se informó de ello a la Secretaría de Salud, para que de ser necesario se aplicarán medidas sanitarias en el inmueble y darle un seguimiento puntual a quienes resultaron positivos que a decir de familias de internos fueron alrededor de 50 personas, lo que consideraron cuestionable porque los directos de la fundación “se lavaron las manos”.
Es necesaria que la Secretaría de Salud de Hidalgo (SSH) intervenga para evitar que los contagiados se conviertan en factores de dispersión del Covid-19 en este momento en que golpea la llamada tercera ola que está acompañada de nuevas cepas que son más contagiosas y cuyos síntomas no son iguales y, se requiere también una investigación por parte de la Comisión Federal para la Protección de Riesgos Sanitarios (Cofepris), ante la irregular actuación de los directivos de la Fundación 10 de Junio, que también provocó alarma en los vecinos de Zapotlán.