Alberto Witvrun .-Cuenta la leyenda que la renuncia del secretario de Salud Marco Antonio Escamilla Acosta y la del director del Hospital General Francisco Chong Barreiro, no se fraguaron el sábado en la visita del gobernador a los policlínicos.
Todo empezó la madrugada del sábado en una maratónica reunión de trabajo en el edificio de Puerta de Hierro, que terminó con una desavenencia entre Escamilla Acosta y José Luis Romo Cruz.
El secretario de la Política Pública, arribó a la junta, cuando esta había ya avanzado, en ella se definían estrategias para difundir las medidas de higiene para contrarrestar el Coronavirus.
Sin muchos testigos, hubo un desacuerdo entre ambos secretarios y parece que todo desembocó en la visita sorpresa del mandatario, donde en el Hospital General, Chong Barreiro, famoso por su soberbia y prepotencia, en lugar de aceptar las irregularidades, contra vino al titular del Ejecutivo.
Más tarde en reunión privada con el gobernador, a Marco Antonio Escamilla le dio un «arritmia política» y se acordó su separación del cargo, bajo el elegante argumento de la afectación a su salud.
De inmediato se procedió a instrumentar el Operativo Escudo, afinado en la Secretaría de la Política Pública con la supervisión personal del Ejecutivo, que dicen no le gustó mucho la decisión de relevar a Escamilla Acosta, pero como dice la voz popular: Tenía que hacerse y se hizo.