Alberto Witvrun.- El 13 de febrero en la conferencia matutina presidencial la reportera que se identificó
como Sandra Aguilera de Grupo Larsa Comunicaciones, en primera fila esperaba su turno
para hacer uso de la palabra, cabello entintado rubio y abrigo rosa mexicano rematado
con peluche en cuello y mangas, denunció el caso de supuesta pornografía infantil en
Zimapán con el caso de dos menores, que dijo le fue contado por la madre y la tía de las
víctimas.
Señaló al empresario y ex activista del Movimiento Todos Somos Zimapán Arturo Williams
Trejo Leal de presunto culpable y a un grupo religioso; acusó la protección del secretario
de Gobierno, Guillermo Olivares Reyna y a la jueza Janet Montiel Mendoza por no vincular
a proceso a los acusados, dejándolos en libertad.
Se encendieron las luces rojas en Plaza Juárez, primero trataron de adivinar de donde
venía el “ataque” después las conexiones de la reportera que haría pareja con Lord
Molécula por su estilo de vestir; seis días después empiezan a verse el origen de la
denuncia cuyo capítulo legal no termina por la decisión de una jueza federal de Culiacán,
Sinaloa que ordenó revisar la no vinculación a proceso.
Para que alguien intervenga en la matutina de la presidenta debe pasar, aseguran quienes
asisten, por el tamiz de Jesús Ramírez vocero del anterior gobierno y coordinador de
asesores y si se le cree a la reportera fue la madre de las menores quien le dijo, pero habrá
que averiguar quien redactó el texto al que le dio lectura Sandra Aguilera.
Y por lo sucedido en las últimas horas se puede empezar a concluir, que todo tiene un
origen regional, más allá de la resolución en tribunales, donde ya caminaba el caso por la
resolución de la jueza federal, hay signos y señales de más que sacar raja política, hay en
todo esto un ajuste de cuentas local, como los que protagonizaron alguna vez en Zimapán
César Sánchez y Armando Martínez.
Por lo demás, esperemos que simplemente se haga justicia.
