Alberto Witvrun.- En un escenario político complejo donde todos caben o están cerca de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) o al menos de la cuarta transformación encontramos personajes con orígenes de toda naturaleza desde Gerardo Sosa Castelán que en 1989 encabezó al porrismo democrático en el Revolucionario Institucional (PRI) hasta Cornelio García Villanueva ex delegado de Acción Nacional (PAN) que en 2005 se despidió de Guerrero con loas al gobernador perredista Zeferino Torreblanca Galindo y acusaciones de traidor de la militancia blanquiazul.
Sosa Castelán ser producto del ex gobernador Jorge Rojo Lugo y su paso por siete partidos hoy en el Partido del Trabajo (PT) parte de la 4T, habla de esa capacidad para transformarse sin romperse y camuflajearse políticamente manteniendo privilegios y evadir la prisión en dos ocasiones a pesar de los compromisos presidenciales de Salinas y López Obrador.
En este escenario también los hay de poca monta como García Villanueva que llegó a Hidalgo como delegado de la Secretaría de Economía (SE) y virtud a relaciones políticas y personales alcanzó la dirigencia estatal panista, donde ha caminado en medio de traiciones.
Quiso formar su propia pandilla y 2021 dijo que jamás se saldría del blanquiazul a pesar de su distanciamiento con la expresión dominante, alcanzó a incrustar como regidora a su pareja sentimental, para en 2023 dejar ver los oscuros acuerdos con el gobierno de Omar Fayad al aparecer en el Grupo Plural Independiente (GPI) que parecía sumarse al Verde Ecologista de México (PVEM).
Ahora se dice asesor del presidente de la Junta de Gobierno de la 66 Legislatura el diputado local morenista Andrés Velázquez Vázquez y reaparece en el PAN en el equipo de campaña en Hidalgo de la tlaxcalteca Adriana Dávila Fernández candidata a la presidencia nacional, quien seguramente desconoce que quienes la promoverán aquí son un grupo de pillos entre ellos Mauricio A. quien defraudó con la venta de un vehículo con reporte de robo a un campesino.
