Andrés A. Solis*
Este martes la noticia fue la caída de un misil en un hospital en la Franja de Gaza.
Los primeros reportes indicaban que milicianos palestinos habrían cometido un
error al disparar su misil, una versión que fue “confirmada” (convenientemente) por
los servicios de inteligencia israelíes, confirmación que de inmediato retomaron
medios occidentales.
¿Qué percepción queda con esta versión? Que son palestinos asesinando
palestinos.
¿Quién se beneficia con esta versión?
En todas las guerras, además de la pérdida de vidas, la primera gran víctima es la
verdad y esto ha sido comprobado y documentado al menos en los conflictos que
hemos vivido en los últimos 150 años en que ya podemos hablar de un periodismo
moderno.
Hasta el último día la Alemania Nazi mantuvo la mentira de que iban ganando la
guerra, así como George Bush mantuvo por años su falsedad de que Irak tenía
armas de destrucción masiva, su mejor pretexto para invadir aquel país hace dos
décadas.
Lo que hace falta es periodismo profesional en un contexto donde es difícil tener
datos certeros en el corto plazo.
El trabajo de informar sobre conflictos debe siempre partir de que la primera
certeza que tenemos es, paradójicamente, el caos, y el caos hay que ordenarlo
con información verificada.
Tras la caída del misil los medios internacionales comenzaron a especular con la
cifra de víctimas. Unos decían que fueron 200, otros hablaban de 500 personas
fallecidas.
De repente todos se fueron con la versión de la agencia española EFE, pero al
principio la propia agencia no citaba una fuente.
Horas después EFE reconfirmaba las 500 muertes con declaraciones de un
portavoz del Ministerio de Sanidad de la Franja de Gaza, institución que no emitió
ningún comunicado oficial.
Este es sólo un ejemplo de cómo la cobertura periodística de un conflicto no
puede darse a partir de especulaciones ni de las versiones no confirmadas de un
medio.
Ya en alguna ocasión un periodista ganador del Premio Pulitzer fue despedido de
The New York Times, luego de reconocer que mentía en la información que
enviaba sobre la invasión estadunidense a Irak.
El mal periodismo en contextos de guerra sólo ayuda a reproducir mentiras que
convienen a alguna de las partes y el primer gran error de cualquier medio y
periodista es tomar partido.
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de
buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el
programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por
Radio Educación.