Alberto Witvrun.- La dimisión de María Teresa Paulín Ríos, ordenada desde Valle de Cáceres donde habita el
todavía omnipotente jefe del Clan Universitario, fue tardía para disolver el Movimiento
RebelArte cuya demanda se amplió porque los jóvenes universitarios que participan en la
rebelión suman adeptos y simpatías al interior y exterior de la comunidad universitaria
metiendo a las autoridades universitarias a un callejón sin salida.
Las descalificaciones unas moderadas y otras duras de sus leales en el Congreso local y de
algunos ex rectores han hecho mella y la fuerza política de la que presumieron con los
actos proselitistas en apoyo a Adán Augusto López Hernández a quien el rector Octavio
Castillo Acosta le agradeció intervenir para lograr que mejorará la condición carcelaria de
Gerardo Sosa Castelán hoy es un bumerang político porque el golpe que enviaron se les
revierte.
Hoy el ex secretario de Gobernación nada puede hacer por ellos, porque fue enviado al
cuarto lugar de la competencia de por encabezar los Comités de Defensa de la Cuarta
Transformación superado por Gerardo Fernández Noroña, quien por cierto no está nada
contento con los dueños de la franquicia del Partido del Trabajo (PT) que lo desdeñaron
en su visita a Hidalgo en cambio acarrearon a cientos de estudiantes de la Universidad
Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) a Tepeapulco.
En esta critica condición del grupo de permanencia que ha transitado por siete partidos
que en el 2018 desplazó a fundadores y leales ofreciendo “lana y estructura” quienes
saben se dice que fueron 50 millones de pesos, trabajadores, académicos y estudiantes
universitarios a cambio de candidaturas a diputados locales y federales, se dará la visita de
Claudia Sheinbaum a Hidalgo ya con la envestidura de virtual candidata presidencial,
quien por cierto sostendrá reunión privada con el gobernador Julio Menchaca Salazar a
quien Gerardo Sosa no pudo arrebatarle en 2018 la candidatura al Senado.
