Andrés A. Solis*
Lo he dicho varias veces y especialistas en seguridad y protección civil han estado
de acuerdo conmigo: En principio los simulacros no sirven de nada si se
programan.
No sirven porque las personas ya saben que tal día a tal hora habrá simulacro y
entonces hacen como que hacen, pero en realidad no hay conciencia.
El 19 de septiembre de 2017 me tocó atestiguar que a las 11:00 horas nadie
atendió el llamado al simulacro y a las 13:13 sobrevino un terremoto.
Lo mismo sucedió el 19 de septiembre de 2022. Primero el simulacro, luego el
sismo y hoy, una vez más, como reportero me tocó ver que pocas personas tienen
interés.
Eso sí, la población se desvive en memes y burlas previas, pero a la hora de la
hora, se quedan igual.
Las autoridades y gobiernos hacen hasta lo imposible por tratar de convencer a la
sociedad sobre lo importante que es tener planes de prevención y estar siempre
alertas ante el paso de terremotos, huracanes, inundaciones, etc.
Los gobiernos piden ayuda a los medios para difundir todos los mensajes posibles
para recordar que hay que tener conciencia y una cultura de la protección civil,
pero nada cambia.
Los medios siguen con sus mismas coberturas de cada año, con los recuerdos de
siempre, los testimonios e historias que hemos visto hasta el cansancio, pero poco
aportan a generar información más útil.
Un ejemplo simple. ¿Qué medio de información ha dado a conocer que de los dos
mil 649 municipios y alcaldías del país, sólo 582 cuentan con un Atlas Municipal
de Riesgos?
¿Qué medios han informado qué en entidades tienen los municipios más
irresponsables en esta materia?, porque no contar con un atlas de riesgo es no
tener identificados los puntos de mayor peligro y por lo tanto no tienen capacidad
de reacción.
En San Luis Potosí sólo dos de sus 58 municipios (tres por ciento) tienen un atlas;
en Guerrero apenas cuatro de 81 ayuntamientos (cinco por ciento), y Oaxaca
donde 37 de los 570 municipios sabe dónde hay peligro (seis por ciento).
Un caso de preocupación es la misma Ciudad de México, pues las alcaldías
Cuauhtémoc y Venustiano Carranza, que fueron de las más afectadas por los
terremotos de 1985, no cuentan con un atlas de riesgo.
Y Tláhuac, que en términos de extensión territorial, fue de las que mayores efectos
sufrió por los terremotos de 2017, tampoco tiene su atlas.
Este tipo de información es la que los medios deberíamos compartir, dar
seguimiento y profundizar permanentemente, en vez de andar haciendo las
mismas notas de cada año.
*Periodista, autor del “Manual de Autoprotección para Periodistas” y de la “Guía de
buenas prácticas para la cobertura informativa sobre violencia”. Conduce el
programa “Periodismo Hoy” que se transmite los martes a las 13:00 hrs., por
Radio Educación.