Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Pendiente se encuentra la integración y presentación del Atlas de riesgo de Tula, pese a ser una demarcación que corre grandes peligros por riesgos naturales y antropogénicos; necesario para conducirse en caso de cualquier eventualidad, como la del fin de semana pasado, en que explotó una pipa de gas y ocho bombas de gasolina en la comunidad de Iturbe, emergencia que dejó un saldo de dos personas fallecidas y diez vehículos calcinados.
Aun con la necesidad del documento, hasta ahora el municipio ha guardado silencio sobre el tema, y la única información oficial disponible al respecto, es que en el Presupuesto de Egresos 2023, se etiquetaron 2.5 millones de pesos para que una empresa especializada sea quien lo integre.
No obstante, aunque ya se cuenta con el recurso asignado, aún no se abre la convocatoria para tal efecto, ni siquiera se tiene conocimiento si el proveedor será seleccionado después de lanzar el concurso correspondiente, o si es que será contratado por asignación directa, como ocurre la mayor parte de las ocasiones en que el municipio firma convenios o contratos con empresas y particulares.
Agrupaciones sociales como Unidos por Tula o La Gran Asamblea, han hecho ver en múltiples ocasiones la vulnerabilidad del municipio ante emergencias derivadas de la actividad del hombre o una nueva inundación.
De acuerdo con Berenice Pecina Jiménez, el compendio es urgente ya que, actualmente no se sabe qué hacer o cómo actuar ante una emergencia de tal o cual naturaleza, además de que el área de Protección Civil no cuenta con los equipamientos suficientes para responder ante una eventualidad de grandes dimensiones, como la del fin de semana.
Se requirió información al respecto y una postura sobre el tema, a la regidora Araceli Rivera Díaz, presidenta de la comisión de Protección Civil del ayuntamiento, y aunque no negó pronunciarse sobre el tema, en ningún momento lo hizo. Dijo que se comunicaría para dar una respuesta, que este medio se quedó esperando.