Alberto Witvrun.-En las últimas 48 horas se desató una polémica en redes sociales que convirtió a Omar Fayad Meneses en tendencia, porque la noche del viernes y madrugada del sábado fue a Prime con sus hijos y en su gusto por la música pidió permiso para utilizar las tornamesas del DJ y mostrar a los asistentes sus habilidades en el manejo de esos aparatos, que por cierto quienes conocen de música electrónica y que estuvieron presentes dicen que no lo hace mal.
Apenas se subieron algunos videos a las diferentes plataformas empezó una cascada de felicitaciones, pero también de críticas y hasta descalificaciones de toda naturaleza, muchos bajo el anonimato que da tener una cuenta, que es lo que ha generado en las últimas dos décadas este fenómeno que se puede denominar masa de medios, que no tienen control como los medios de masas.
Sin defensa a ultranza y menos panegirista de nadie, Omar Fayad tiene todo el derecho de asistir a un centro de diversiones porque esto no altera ni incide en su desempeño como gobernador de Hidalgo, más si lo hace con su familia, porque de acuerdo a los reportes, no hubo un dispositivo de seguridad especial ni se molestó al resto de los asistentes, aunque también es cierto que no a cualquiera dejan utilizar el equipo del DJ.
Hubo quienes buscaron descalificar que “así gobierna” solo que ahí no estaba tomando decisiones, no estaba ejerciendo el cargo para el que fue electo, estaba en su derecho a la vida privada de toda persona, divirtiéndose y conviviendo con sus hijos, porque toda persona pública y en general todos los ciudadanos sin excepción tenemos derecho a una vida privada. Sí una figura pública, un representante popular o un gobernante no cumplen con sus responsabilidades se les tienen que cuestionar y criticar por eso, por no responder a compromisos y expectativas, no por su vida privada.