Alberto Witvrun.-La detención de Cipriano Charrez Pedraza no pone en riesgo la estabilidad de Ixmiquilpan o del Valle del Mezquital, porque está rota hace tiempo de lo cual responsabilidad tienen los últimos gobiernos que no quisieron poner orden en la región dejando pendientes infinidad de órdenes de aprehensión que fueron creando un clima de impunidad a lo que han contribuido eso sí los hermanos Charrez Pedraza.
Pugnas se han registrado desde décadas atrás y los proceso de transformación han contribuido a ellas, no se puede omitir la presencia en la región del Instituto Lingüístico de Verano (ILV) acusado de transculturizar a sus habitantes o el ingreso del evangelismo que provocó intolerancia religiosa con los católicos, en los 70s y 80s, la aparición de Servicios de Educación para Adultos, Asociación Civil (Sedac) y posteriormente Comunidades del Valle del Mezquital (Covac).
Que convirtieron al Valle del Mezquital en un laboratorio social, proceso en el que no se puede dejar de mencionar la cooperativa en El Cardonal Flor del Valle, menos la constitución del Consejo Supremo Otomí hoy Consejo Supremo Hñahñu (CSH) o el trabajo realizado por el sacerdote católico de origen italiano Lino Guzzoni o bien la constitución del Patronato Indígena del Valle del Mezquital y la llegada a este organismo de Maurilio Muñoz Basilio.
En estas etapas se recuerda la pugna por el balneario El Tephé entre las fracciones de José Huerta y Rosa Maldonado que costó algunas vidas y más cerca las muertes en las protestas por el Gasolinazo y luego en la protesta de Dios Padre, hasta que los Charrez Pedraza llegaron al poder aprovechando las fracturas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y la falta de gobernabilidad, protagonismo al enfrentarse y retar al gobierno estatal, crearon la condición para el desarrollo de la delincuencia.
Hoy el agravamiento de la crisis al que condujeron los hermanos Charrez Pedraza, debe ser aprovechada para poner orden político y de seguridad que mucho tienen que ver con lo social mediante la intervención de los gobiernos estatal y federal; lo primero es hacer valer el Estado de Derecho y juicios justos a Cipriano Charrez, sería el principio para regresar la tranquilidad y acabar con la impunidad.