Alberto Witvrun.-En agosto de 1987 en la Sala de Gobernadores del cuarto piso de palacio de gobierno el rector Juan Manuel Menes Llaguno dijo a Adolfo Lugo Verduzco que la Universidad Autónoma de Hidalgo (UAH) quería una cuota de candidaturas a presidentes municipales, que estaban por definirse, la respuesta fue contundente: “Sí señor rector, pero antes la universidad debe declararse priista”, el gobernador se levantó, estrechó la mano de su interlocutor con su clásico “saludos a la familia” y agregó “espero su respuesta”.
Había fracasado el intento del Grupo Universidad para aumentar su cuota en ese entonces de 15 ayuntamientos, dos diputaciones locales y medio centenar de posiciones en la estructura gubernamental y, se iniciaba la abierta confrontación con el gobierno de Adolfo Lugo, que terminó con el exilio de Gerardo Sosa Castelán en 1990 previo también a la selección de candidatos a presidentes municipales a cambio de respetar su control sobre la universidad a la que regresó como rector en mayo de 1991.
Desde entonces Gerardo Sosa soñaba con su propio partido y el poder político, así vio la oportunidad con el Partido Social Demócrata (PSD) a quien promocionó e impulsó a varios de sus candidatos; cuando no tuvo futuro, pensó en tener su propio partido político y creo a finales de 2006 la asociación civil que un año después no lograría el registro estatal del Partido de la Sociedad Hidalguense (PSH).
Su doble juego, le permitió pelear la candidatura a gobernador del PRI en 1999, 2005 y 2011, lograr la presidencia del Comité Directivo Estatal priista y una diputación federal, ya con las manos metidas en Acción Nacional (PAN) donde al no avanzar en su control, prefirió emigrar su fuerzas universitarias a Movimiento Ciudadano (MC) tras negociar la franquicia con Dante Delgado Ranauro, aunque mantenía un pie en el PRI.
Convirtió a la UAEH en la estructura del partido naranja, mientras desafiaba al gobernador Omar Fayad Meneses; a finales de 2017 logró contacto con Yeidckol Polevnsky presidenta de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) quien designó al secretario de elecciones Gabriel García para efectuar las negociaciones en el restaurante Tiro Girault del Club Universitario de Tenis.
En presencia del delegado Octavio Romero hoy director de Pemex, le fueron otorgadas a cambio de “lana y estructura” once candidaturas, 9 a diputados locales y 2 federales, las que ganó, pero que de nada le sirvieron ante la resistencia interna y menos con la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) que congeló cuentas por 3 mil millones de pesos a la UAEH y las personales de Gerardo Sosa, del rector Adolfo Pontigo, del ex rector Humberto Veras, del periódico El Independiente y de la Fundación Hidalguense.
Sus opositores en Morena avanzaron en la lucha contra sus fuerzas universitarias, por eso aprovechó la coyuntura en el Partido del Trabajo (PT) que quiere arrebatarle la presidencia en San Lázaro al PRI, durante el último año de ejercicio constitucional y requiere de dos diputados, para superar en número de curules a la bancada priista, justo las que tiene su grupo.
El acuerdo avanzó con la visita del dirigente nacional Alberto Anaya; pero no contaban con la resistencia al interior del PT Hidalgo y, es una incógnita cómo reaccionará Morena con relación a los 9 diputados locales sosistas, si Gerardo Sosa pasa a sus diputadas Lidia García y María Isabel Alfaro a la bancada petista en San Lázaro, por lo pronto el Clan Universitario toma por asalto un partido más en la víspera de otras elecciones municipales.