Alberto Witvrun.-El espejismo de la fuerza política del Clan Universitario se empezó a desvanecer en el reciente proceso electoral donde sus huestes que fingieron apoyo y solo salieron a conseguir votos para su nueva franquicia el Partido del Trabajo (PT) con la que Gerardo Sosa Castelán pretende mantener su “poder” que proviene del ya no tan férreo control de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH).
La capacidad de operación del clan disminuyó considerablemente, atrás quedó la impresión que le generaron a la dirigencia de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cuando ofrecieron al que fuera operador central, Gabriel García Hernández en el restaurante Tiro Girault en diciembre de 20177 “lana y estructura”.
La negociación para apoderarse del PT, se detuvo con su detención en agosto de 2020, cuando tenían preparada la designación de Osiris Leines Medecigo como dirigente estatal, actual diputado local que coordina en la 55 Legislatura al cuestionado por acoso sexual Edgar Hernández, a Tania Valdez y a la ex chef personal de Sosa, Elvia Sierra y mientras ocurre tienen como peón a Javier Vázquez Calixto que se ve como funcionario estatal.
El desvanecimiento de este “espejismo político”; se prueba en la elección para gobernador al lograr solo 6 mil 400 votos más de los registrados en la de diputados locales en 2021; con toda su “lana y estructura” las huestes de Gerardo Sosa que presume tener más de 60 mil personas en la UAEH (57 mil son alumnos, de ellos 23 mil 806 preparatorianos), lograron darle solo al PT 29 mil 500 votos.
Si bien su franquicia mantiene el beneficio de las prerrogativas, su promedio histórico de votación ronda en 20 mil votos desde hace varios años, lo que indica que el poder del clan bajo las órdenes de Gerardo Sosa Castelán no llega a los 10 mil votos, que muestran su debilitamiento político y al interior de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.