Alberto Witvrun.-La pandemia de Covid-19 viene cobrando víctimas en todos los estratos sociales, mientras el gobierno federal continúa afirmando primero que se había aplanado la curva y ahora que se está conteniendo, mientras las estadísticas sobre contagios y fallecimientos está en aumento y en solo 18 días el país pasó de 200 mil a 300 mil casos de ellos 35 mil 491 perdieron la vida hasta el lunes.
Si eso no fuera suficiente estudios de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) sostienen que durante este año 10 millones de mexicanos han caído en la pobreza al gravarse la crisis económica y financiera por la emergencia sanitaria, que para aliviarse requeriría de entre 37 y 73 mil millones de pesos, así que el actual gobierno aunque no quiera reconocerlo y mientras el presidente desayuna en el restaurante El Cardenal de la Ciudad de México 32 millones viven hoy en pobreza extrema.
Lejos de las buenas prácticas sanitarias, cada día se conocen nuevos casos que contradicen el discurso cotidiano del ex rockero y gustoso de la poesía Hugo López – Gatell, que impactan en el ánimo de la población que ve impotente como la pandemia altera muchas vidas personales y la comunitaria, como sucede ahora en el Valle del Mezquital, que registra los efectos negativos de la pandemia.
Así el lunes se conoció la muerte de Paulina Bravo Martínez, originaria de Cerro Colorado en el municipio de Chilcuautla, que dedicó su vida a la medicina tradicional atendiendo a cientos de personas de los municipios del Valle del Mezquital e incluso de personas que la visitaban de otros puntos del estado y del país para curar sus males, lo que le ganó el afecto y reconocimiento en la región.
En el Valle del Mezquital, cada vez son menos las personas dedicadas a la medicina tradicional, certificadas y reconocidas, como la fue la Señora Pao curandera de hierbas medicinales y temazcal, quien participó en múltiples eventos culturales indígena como se le conocía, y quien se convirtió en una víctima mortal más del Covid – 19.