Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. Marchantas provenientes del occidente de la demarcación, quienes venden productos del campo en la avenida 5 de Mayo del primer cuadro, reportaron que han registrado un desplome en la comercialización de hasta un 80 por ciento después de las inundaciones registradas el 6 y 7 de septiembre pasado, en que se anegó el centro de la demarcación y nueve localidades más del municipio.
Al respecto, la comerciante Genoveva Ortiz Montiel dijo que el motivo principal de la caída en su actividad económica es que la gente no transitaba en las calles del centro por temor a infectarse con algún contaminante que hayan traído consigo las aguas del río Tula.
En entrevista, mencionó que, si la gente tenía miedo de transitar por las calles del centro, “menos iba a querer comprar productos que presumiblemente pudieran estar contaminados.
No obstante, en este sentido aseveró que, por fortuna, la inundación no alcanzó su zona de venta, ya que esta se ubica en la parte “alta” de 5 de Mayo, por lo que las aguas negras no llegaron hasta ese polígono y por lo tanto no existen mayores riesgos.
Sin embargo, la vendedora se dijo consciente de que el centro de Tula sí estaba infectado por los lodos y residuos de los ríos Tula y Rosas, pero indicó que ya desde hace más de semana y media se hizo la limpieza, por lo que consideró que los riesgos se redujeron al mínimo.
Asimismo, defendió que los productos que venden, los traen de comunidades de occidente, como Michimaloya, Xitejé y San Miguel de las Piedras, que, afortunadamente no sufrieron inundación, por lo que los compradores pueden confiar en que sus mercancías están libres de bacterias, además de que todos los productos son frescos pues se cortan en el cerro de un día para el otro.