Alberto Witvrun.- Las declinaciones de la candidata a presidenta municipal de Xochiatipan y del suplente por
Huasca de Ocampo del Partido del Trabajo (PT) son producto de una buena operación
política, del hartazgo que generan los emisarios del Clan Sosa Castelán o la suma de
ambas cosas, lo cierto es que dejaron abierta la puerta para que otros que no se
identifican con quienes controlan burocráticamente a la Universidad Autónoma del Estado
de Hidalgo (UAEH) hagan lo propio.
Habrá quienes, aunque no comulgan con la “familia universitaria” pero se mantengan en
el PT, porque tienen posibilidades de ganar los ayuntamientos y de conseguirlo, ya
instalados o aún antes definir de que lado están, porque Gerardo S. C. rompió lanzas con
el gobernador Julio Menchaca Salazar al acusar sus leales que son objeto de persecución
política a través de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH).
Su show en el Congreso de la Unión donde buscaron el cobijo del polémico y
controvertido Gerardo Fernández Noroña, a quien se le olvidó que el Clan Sosa Castelán
obedece a los intereses de Adán Augusto López Hernández y no a los suyos como quedó
de manifiesto en el proceso interno de Juntos Haremos Historia, pero más a los propios,
porque no le es leal a nadie y su objetivo es tener monedas de cambio para resolver la
situación legal del jefe del clan y mantener el control en la UAEH.
En esta tesitura están quienes ostentan las candidaturas petistas de Tizayuca, Huazalingo,
Huautla, Tetepango y Atotonilco de Tula, que tienen amplias posibilidades de triunfo, pero
internamente pintaron su raya de como quien dijo Flor Nochebuena Manuel Gutiérrez
tienen secuestrado al PT para sus fines políticos personales entre los que están retar al
titular del Ejecutivo, esto no opta para que más candidaturas petistas se caigan y
desmoronen el proyecto sosita.
