Juan Manuel Pérez. Alfajayucan.- Integrantes del cuerpo de Bomberos decidieron presentar su renuncia como muestra de lealtad hacia quien fuera su comandante y fundador, Francisco Javier Martínez Leyva, separado recientemente de su cargo por la actual administración.
El gesto de los elementos no es menor: en silencio, con la frente en alto, optaron por marcharse junto a quien los formó, los guío y trabajó hombro con hombro en las emergencias más difíciles que ha enfrentado este municipio.
Esta acción, más que un acto administrativo, se convierte en un mensaje claro de unidad y dignidad ante una decisión que muchos consideran injusta.
Durante años, Martínez Leyva y su equipo respondieron a llamados dentro y fuera del municipio. Lo hicieron cuando las lluvias desbordaron a Tula, cuando un incendio de combustible amenazó Tepetitlán o cuando las comunidades rurales necesitaron apoyo frente a fuegos forestales.
También estuvieron presentes en accidentes carreteros, festividades, simulacros escolares y rescates de fauna. Su servicio fue constante, discreto y vital. Hoy, los bomberos dejan las instalaciones con el reconocimiento de un pueblo agradecido que sabe que, sin ellos, Alfajayucan estaría más vulnerable.
La renuncia conjunta no es solo una despedida: es una manera de decir que la lealtad y el compromiso no se compran ni se negocian.
La población observa con respeto y también con preocupación. Porque más allá de los cambios políticos, lo que se necesita es fortalecer y no desmantelar a un cuerpo de auxilio que ha salvado vidas y dado confianza en los momentos de mayor riesgo.