Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- A un año de las inundaciones la Iglesia Católica cuestionó la decisión del gobierno federal de sacrificar a unos para salvar a otros.
Lo anterior en alusión a la decisión del gobierno federal de inundar nueve municipios de Hidalgo para salvar al Valle de México.
En su sermón, el presbítero Rodolfo Martín se refirió a la tragedia que se vivió en este y otros municipios hace un año, como al posterior abandono de las autoridades civiles y dijo que el pueblo de Tula fue vulnerado en sus derechos fundamentales.
Recordó y pidió por quienes en cuestión de minutos perdieron su patrimonio de décadas, pero especialmente enalteció a las víctimas de la inundación, en particular a los 17 fallecidos, del hospital de zona número 5 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
A pesar del abandono de las autoridades, sostuvo que no todo fue malo, pues, la inundación dejó al descubierto la solidaridad del pueblo: “se pudo ver cómo el hermano ayudó al hermano… eso que creímos que ya se había perdido”.
Mencionó que en los días y semanas siguientes al siniestro le tocó estar en la sierra de Hidalgo, y fue testigo de cómo los habitantes de las comunidades caminaban horas enteras con tal de llegar al centro de acopio para aportar su granito de arena para ayudar a sus semejantes de Tula.
Sin decir nombres ni cargos llamó a los políticos a olvidarse de los intereses personales y económicos que los hicieron tomar la decisión de inundar Tula, ya que reiteró que ni todo el dinero del mundo es equiparable a lo que vale una vida humana.
“Pido fortaleza para todos ustedes que han sufrido la tragedia y el abandono. Dios bendiga Tula”, finalizó.
Por separado, a las 13 horas hubo una segunda misa católica frente a las instalaciones del antiguo IMSS, a donde asistió sociedad civil, damnificados de la inundación y algunos familiares de personas que fallecieron la noche de la emergencia.