Miguel Á. Martínez. Tepetitlán.- Ni máquinas, ni fumigaciones, ni millones gastados logran contener el desastre ecológico que asfixia a la presa Endhó. El lirio acuático sigue dominando, mientras el mosco Cúlex, reproducido entre maleza y estancamiento, se multiplica sin control y afecta a la población.
A pesar de “acciones de rescate” y “planes integrales”, la realidad es que las medidas son ineficientes y fragmentadas, señaló la presidenta municipal Ana Elsa Castillo Cea, quien lamentó que el embalse se encuentre “cubierto prácticamente al 90 por ciento” por la planta invasora.
“Estamos igual o peor. Las máquinas trabajan, pero no dan abasto. Con cuatro trituradoras no alcanza para limpiar ni una cuarta parte”, reconoció la alcaldesa, visiblemente frustrada. Castillo Cea sostuvo que las fumigaciones impulsadas por autoridades estatales y federales no representan una solución de fondo. Según explicó, sólo generan una “ilusión momentánea” de limpieza mientras los mosquitos continúan reproduciéndose y la superficie del agua se vuelve a cubrir de lirio en pocos días.
“La gente cree que el problema disminuye porque se fumiga, pero el lirio no desaparece y el mosco sigue. Es un paliativo que solo oculta el fracaso de las estrategias”, denunció.
La alcaldesa recordó que, en 1993, cuando la presa atravesó una situación similar, se utilizaron más de diez trituradoras trabajando al mismo tiempo, lo que permitió recuperar el cuerpo de agua en menos de un mes. Hoy, en cambio, con apenas cuatro máquinas y recursos dispersos, el avance es prácticamente nulo. “Se está gastando dinero en mover el lirio triturado con camiones y en combustible para dragas, cuando lo urgente es invertir en más trituradoras. No hay planeación, ni resultados”, cuestionó.
Mientras tanto, los habitantes padecen las consecuencias: malos olores, plagas de mosco Cúlex y el riesgo sanitario que implica la descomposición del lirio. Castillo Cea reconoció que el municipio no tiene capacidad financiera para afrontar un problema de esta magnitud, pues su presupuesto anual apenas ronda los 70 millones de pesos, y más de 60 millones ya se han destinado a acciones “que no han servido de nada”.
