Miguel Á. Martínez. Tula de Allende.- Derechohabientes y personal de la Unidad Médica 9 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), ubicada en la localidad de Cruz Azul, acusaron que por la omisión del director de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPyAT), Alejandro Gerónes Villegas, cuando llegaron a laborar encontraron la entrada de la clínica inundada.
Los denunciantes aseguraron que ya en varias ocasiones habían pedido al titular del organismo que desazolvara la boca de tormenta que se encuentra frente al nosocomio, pero hizo caso omiso, por lo que responsabilizaron al “servidor público” de que los pacientes no hayan podido tener el servicio durante las primeras horas del día.
Al respecto, el regidor José Concepción López Villeda, secretario de la comisión de la Capyat en el ayuntamiento, confirmó el dicho de los ciudadanos y comentó que desde hace varias semanas, cuando recién empezaron las lluvias, le pidió a Alejandro Gerónes que hiciera algo para prevenir que se anegaran en la clínica, pero el directivo no hizo caso.
Los quejosos criticaron que en lugar de que el director del organismo se aboque a los problemas que tiene su dependencia, haya estado presente en la gira de trabajo que el presidente municipal, Manuel Hernández Badillo, efectuó recientemente por Benicia, California.
Consideraron que el director no tenía nada que hacer a ese lugar, porque la invitación que hizo la ciudad hermana fue para el Ejecutivo, no para que los funcionarios “de medio pelo” se fueran a placear, y mucho menos si primero no se arreglaban los pendientes de sus respectivas dependencias.
La UMF 9 del IMSS tiene mayor uso desde octubre de 2021, después de que resultara como pérdida total el hospital de zona 5 del Instituto, como consecuencia de la inundación de septiembre de ese mismo año. La derechohabiencia que era atendida en el nosocomio que se perdió, comenzó a ser canalizada a diferentes instalaciones del Instituto en la zona, como Cruz Azul, Tepeji o Atotonilco.
De acuerdo con los denunciantes, ya se le había pedido a Alejandro Gerónes el desazolve de la boca de tormenta ubicada frente al dispensario, pero no hizo caso, lo que fue constatado por el regidor José Concepción López Villeda.