Alberto Witvrun.- El cumpleaños de Roberto Pedraza Martínez que recorrió docena de cargos en la
administración pública y de elección popular, fue pretexto para convertir el primero de
mayo en acto político en el Valle del Mezquital que llegó a reunir a 20 mil personas en su
mejor momento, teniendo como convocante al Consejo Supremo Hñahñu (CSH).
Asistía el gobernador en turno y la clase política, porque la organización surgida en los 80s
era el brazo del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que definía candidaturas
municipales, estatales y federales, no sin resistencias y adversarios como Comunidades
Indígenas del Valle, A.C. (Covac), herencia de la Fundación Friedrich Ebert de corte social
demócrata.
Expulsados en el gobierno de Jesús Murillo Karam, sus dirigentes Wenceslao Angulo y
Oralia Cárdenas, el CSH fue hegemónico en el Valle del Mezquital, pero sus dirigentes
traicionaron orígenes al convertirse en agencia de empleo para amigos y cómplices de
Roberto Pedraza, que al enriquecerse se olvidó de los proyectos productivos,
capitalizando políticamente solo la obra de gobierno.
A pesar de su capacidad de negociación el grupo Pedraza, sufrió duro golpe en 1998 con la
creación del Frente Indígena Revolucionario (FIR) para hacerle contrapeso a favor de
Manuel Ángel Núñez en la lucha por la candidatura a gobernador, ya que el CSH apoyó a
José Guadarrama, aun así, logró ser secretario de Obras Públicas y con Miguel Ángel
Osorio Chong, coordinó el Congreso Local.
Ensoberbecido por destapar como precandidato al gobierno a Francisco Olvera Ruiz en
Barrio Abajo, Chapulhuacán se enfrentó a Omar Fayad Meneses que al llegar al Ejecutivo
le retiró apoyo y posiciones, paralelamente organizaciones como las de los Charrez
Pedraza, le arrebataron el poco capital político que todavía tenía.
Esto se apreció el reciente primero de mayo al pasar el Encuentro a Convivio con 300
invitados en lo que llaman Villa Plagiaria, de Alejandra Leal González y Mario Lemus
amigos de la familia Pedraza Martínez, lo que no tendría nada de malo a no ser porque
Leal González registró ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) y
comercializa la muñeca indígena Nxutsi, lo que consideran productores de artesanía un
plagio al patrimonio cultural Hñahñu.
