Miguel Á. Martínez. Tula de Allende. Transeúntes, que hacen uso del puente Metlac, el cual conecta al centro de la ciudad con la carretera a Refinería, la Unidad Habitacional Pemex, San Lorenzo o El Cielito, externaron su molestia por la “masacre” de árboles que concretó la Comisión Nacional del Agua (Conagua) como parte del Plan Hídrico de Tula -que ejecuta la Comisión Nacional del Agua- en el tramo del afluente que pasa a espaldas de la calle Manuel Doblado.
Vecinos del lugar, quienes prefirieron mantener el anonimato por temor a represalias, condenaron “semejante atrocidad”, y sobre todo que las autoridades municipales lo hayan permitido, pese a que los tulenses viven en la zona más contaminada del mundo, como lo sostuvo la Organización de Naciones Unidas (ONU) desde 2005.
Uno de los quejosos aseveró que la dependencia federal ya dejó “pelones” ambos márgenes del cuerpo de agua, tanto el que estaba frente al Club de Leones, como el que está a espaldas a Manuel Doblado, donde había al menos 60 ejemplares adultos y en perfectas condiciones con más de 100 años de vida.
Reprocharon que el gobierno municipal no haya hecho nada para defender la naturaleza, aunque estimaron que las obras supuestas por la rectificación, ampliación y revestimiento del afluente, supuestamente para evitar inundaciones como la de septiembre pasado, se podían realizar sin talar árboles.
Por su cuenta la secretaria de la Red de Consciencia Ambiental Queremos Vivir, Angélica Arellano Ángeles dijo que las obras impuestas por la Conagua -que no garantizan la no inundación- sino por el contrario aumentan los riesgos de padecerlas, atentan directamente contra el ecosistema del río y al sacrificar varios cientos de generadores de oxígeno, también lo hacen contra la vida de la ciudadanía.
Al igual que la ciudadanía que prefirió el anonimato, dijo que el Plan Hídrico de Tula, no es una obra preventiva sino un negocio redondo por millones de pesos y un embrollo de corrupción.
En la segunda y tercera semana de septiembre de 2021, el centro de Tula y nueve de sus localidades sufrieron una inundación sin precedentes, ante el desbordamiento del río Tula, emergencia que dejó a más de 35 mil damnificados, la mayoría de los cuales aún no se recuperan del siniestro.
Ante la catástrofe, la Conagua reactivó el proyecto de rectificación, ampliación y revestimiento del río Tula, para aumentar la capacidad de conducción del afluente de 250 a 670 metros cúbicos de agua negra por segundo, que ya había sido intentado en 2017, pero que fue rechazado por la ciudadanía ante los perjuicios ambientales que iba a causar el plan.
Esta vez, la dependencia lo disfrazó con el nombre de Plan Hídrico de Tula.
Actualmente, en el tramo 1 de la obra, que va desde el puente viejo del ferrocarril al puente Metlac se han talado al menos 60 árboles, de acuerdo con ciudadanos, sin que el gobierno municipal y la Conagua cuenten con un espacio para la reforestación de ejemplares como se prometió. Supuestamente se repondrán a razón de 5 a 1.