Jesús Sánchez
Ya bájale dos rayitas a tu pesimismo, me reclamó entre seria y divertida una
muy querida amistad, todo por echarle a perder la tranquilidad de sus
vacaciones cuando hacíamos el repaso de lo que ocurrió en este año que
termina, el 2021.
Pero he de reconocer una buena intención en ese comentario, porque
coincidió en que si este año que se va estuvo del cocol, por decirlo
elegantemente, el que viene podría ser peor, o no, cómo saberlo.
Lo bueno es que recordé uno de los maravillosos textos que nacieron del
bolígrafo del gran escritor uruguayo Mario Benedetti, plasmado para la
eternidad en el Rincón de Haikus (Editorial Sudamericana):
“un pesimista / es sólo un optimista / bien informado”
Otro apreciado amigo sin más soltó: “sin duda el 2022 será mejor… pero
mejor que el 2023.”
Veamos, nadie está descubriendo el hueso del aguacate (muy caro por cierto)
para llegar a la conclusión que todos vemos, que nuestra economía sigue
estancada, que la inflación está desatada, aunque alguien dice que es
pasajera.
Eso nos recordó que en mayo del 2020 #YaSabenQuién declaraba que ya se
veía la luz al final del túnel. En agosto de ese mismo año afinó la mirada y dijo
que ahora sí podía verse como una luz al final del túnel. Y qué cree, en enero
del 2021, se recicló una vez más el espíritu del ya merito, y nos dijeron que
con la vacuna (antiCovid) México ya ve la luz al final del túnel. El punto es que
ya no sabemos cuándo saldremos del túnel, si en 2022, o hasta 2023.
Optimismo moderado
Existe un moderado optimismo entre los especialistas económicos de que en
algún momento de 2022 iniciará ahora sí la recuperación, pero tendremos
que esperar hasta el 2023 para confirmarlo.
El Banco de México ha seguido ajustando las previsiones sobre el crecimiento
del PIB de tal manera que para 2022 esperamos un modesto 3.2 por ciento y
en 2023 de 2.7 por ciento promedio. El contexto sigue siendo de
incertidumbre tanto por el tema de la pandemia, así como por el efecto del
menor gasto de apoyo a los negocios y la nueva regulación en materia de
subcontratación.
En el más reciente informe el Banxico destaca como riesgos para el
crecimiento del PIB un recrudecimiento de la pandemia; que se intensifiquen
los cuellos de botella en las cadenas de suministro a nivel global,
especialmente en el sector automotriz; así como episodios adicionales de
volatilidad en el sector financiero.
Pero un punto relevante de estos riesgos es que “una posible reorganización
del sector eléctrico de lugar a un clima de negocios menos propicio para la
inversión”. ¿Maaaas?
El otro gran tema de preocupación es la inflación que cerrará en 2021 arriba
del 8 por ciento. Lo malo es que el reciente aumento a los salarios mínimos
se pulverizará. La parte optimista espera que la inflación baje en el último
trimestre de 2022 y hasta 2023 podrá hablarse de retomar la meta del 3 por
ciento.
Los otros pendientes
El aeropuerto Felipe Ángeles tiene 100 días para que comience a operar y no
hay muchas aerolíneas que se animen. Aunque incompleto, como sea lo van
a inaugurar, ya verán. Lo que sí estará a tiempo es el Museo del Mamut.
Otro tema que dará mucho de qué hablar es el de la refinería Dos Bocas que
está emplazada oficialmente a que comience a procesar 340 mil barriles
diarios de petróleo a partir del mes de junio de 2022. Y conste, no lo decimos
nosotros, con las seis refinerías rehabilitadas, la de Dos Bocas y la que le
compraron a Shell, México dejaría de comprar gasolina en el extranjero. Eso
dicen.
Con todo, hay quien sostiene que Dos Bocas no estará lista para 2022.
Lo del Tren Maya llevará más tiempo, pues esperan terminarlo a finales de
2023 y estrenarlo hasta 2024, en plenas elecciones federales. A ver.
La grilla nacional
Pero es el lo político donde la grilla seguirá haciendo olas.
Que nadie dude que seguiremos perdiendo el tiempo en el deporte nacional
de la sucesión anticipada. La alternancia en el poder le quita el sueño a más
de uno.
Seguiremos atrapados en las vanalidades de saber quién es más popular y no
en quién desempeña mejor sus responsabilidades en el gobierno y en el
Congreso. Y todo, como desde tiempos inmemoriales, en nombre del pueblo.
Y lo peor, que seguiremos dedicándole horas interminables a la narrativa de
la ratificación de mandato, disfrazada de revocación.
Y en ese juego perverso de mandar al diablo a las instituciones, el INE
enfrentara el próximo año las peores tormentas.
Como sabemos habrá elecciones en Aguascalientes (kramer vs kramer),
Durango, Hidalgo, Oaxaca, Tamaulipas y Quintana Roo.
Hasta el 2023 se jugará el último bastión tricolor, el del Estado de México.
En 2022 entramos al cuarto año de gobierno.
Y según el tratado del inge Tierritas, desplegado en Si el águila hablara (Ed.
Diana), en el cuarto año de cada sexenio se repite un fenómeno singular, el
del síndrome de la Scherezade, o sea el de las Mil y una noches. Y de las mil y
una mañaneras, como de cuento.
Por eso siempre es bueno no olvidar pensamientos como los de Benedetti:
“con la verdad / no se juega / se juega con la mentira”
Columnómetro de Aquiles Baeza
1.- El futuro del trabajo: sin oficinas, sin horarios, sin jefes y con flexibilidad
total.
Genaro Mejía escribe en La última y nos vamos: El futuro del trabajo ya llegó.
Y no será por completo digital ni físico, sino híbrido, flexible al máximo, sin
oficinas fijas, sin horarios rígidos, sin jefes cancerberos.
En todo el mundo, dice un estudio de Accenture, 83% de los trabajadores
esperan que el futuro de su trabajo sea híbrido: que puedan ir algunos días u
horas a una oficina y el resto del tiempo trabajar en casa o en cualquier otro
lugar. Además, 72% de las empresas en el planeta apostará por este modelo.
Por eso no deben perderse la interesante entrevista con Paola Tabachnik,
quien fundó Passwork, una red de más de 120 coworkings en todo el país,
con la cual cualquier persona o empresa tiene una oficina equipada con
todos los servicios en cualquier parte de la Ciudad de México y del país.