Alberto Witvrun.-Días atrás en el reacomodo de mi pequeña biblioteca me encontré con los libros de poesía de Martín Rangel Noguez: Rojo y El Rugido Leve, tomaba una copa de tinto y lo acompañaba con un chocolate amargo con flor de sal así que me puse a saborearlos con la buena poesía de este joven pachuqueño que entiendo a sus 26 años no ha cesado de avanzar y consolidarse como un buen escritor y poeta.
Par de días después me entero que Juan Rivera Arroyo otro joven escritor pachuqueño que ya había sido reconocido en 2010 con el premio estatal Ricardo Garibay por su primer libro de cuentos acaba de ganar el Premio Nacional de Literatura Laura Méndez de Cuenca 2020 por su novela La Casa de la Memoria Rota, con comentarios altamente positivos por parte del jurado.
Ambos jóvenes escritores vienen a oxigenar la actividad literaria de Hidalgo, más que por su juventud por la calidad y frescura de sus textos. Claro y afortunadamente no son los únicos jóvenes pero me parecen que son dos representantes de una nueva generación que a pesar de las actividades artísticas no tienen el apoyo que merecen en la entidad deben ser más difundidas.
He de reconocer que me satisface el éxito de estos jóvenes literatos, porque se su formación, en el caso de Martín Rangel Noguez, por ser hijo de una entrañable amiga tiempos mozos Olivia Noguez, mujer inteligente y trabajadora que le ha dado todo el apoyo a Martín, lo que no pueden presumir todos los creativos, esfuerzo, hay que decirlo que tiene buenos frutos.
Por lo que hace a Juan Rivera, tengo una doble alegría, porque es hijo de un buen escritor y mejor amigo Fernando Rivera Flores y sobrino de mi entrañable amigo Alfredo Rivera Flores, Fernando hace tres décadas me dedicó su libro Hasta que la Muerte Nos Se Pare, una serie de historias pachuqueñas a manera de cuentos y mi Más Sentido Pésame también publicó Los Filtros del Amor y otra media docena de libros.
De Alfredo Rivera autor de La Sosa Nostra, no tengo más que afectos además de un texto de mi autoría aparece en ese histórico libro donde se revela la negra historia del grupo que desde 1982 controla a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y que le costó a Alfredo un juicio por daño moral de 16 años, que por últimos acontecimientos la historia le da mayor valor.
Más allá de la sensaciones personales, da mayor gusto que las nuevas generaciones mantengan el gusto por la poesía, por el cuento y la novela, que haya segmentos importantes que nutran el pensamiento y que no les basten los cortos mensajes y la destrucción del lenguaje en las redes sociales, eso por hoy que quede para el intento de político frustrado que destila hiel al no alcanzar su objetivo.