Alberto Witvrun.-Pablo Elías Vargas González y un reducido grupo de militantes de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en aras de trascender con su movimiento que pretende de acuerdo a su narrativa refundar al partido en Hidalgo trató de llegar a Palacio Nacional para denunciarle al presidente Andrés Manuel López Obrador el fraude electoral que se registró en Hidalgo el 18 de octubre en los 84 municipios.
En las inmediaciones de la sede presidencial sostuvo que debe cambiar la relación del gobierno federal con el gobierno de Hidalgo por el “Fraude de Estado” y afirmó que los funcionarios que lo atendieron informarían al mandatario y que este fijaría en los siguientes días un posicionamiento respecto a este caso y tras entregar documentos sostuvo que el objetivo se había logrado.
Esto cuando las impugnaciones en segunda instancia aún no se resolvían en la Sala Regional Toluca del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) y al afirmar que hubo fraude en los 84 municipios, acusa que su partido incurrió en prácticas ilegales en los ocho municipios donde sus candidatos ganaron, lo que resulta en principio una incongruencia.
Porque asegura que hubo una intromisión del gobierno estatal en todo el estado, pero con su afirmación, también acusa de fraude a los partidos que ganaron en los otros 44 ayuntamientos, porque de ratificarse los fallos del Tribunal Estatal en la segunda instancia el Partido Revolucionario Institucional (PRI) solo ganaría en 32 de las 84 municipalidades que conforman el estado de Hidalgo.
Ahora que exigirle al presidente que cambie la relación del gobierno federal con el de Hidalgo, va en contra no del gobierno estatal y del gobernador, si no en contra de todos los hidalguenses que son beneficiados con el apoyo del gobierno federal en programas y obras que llevan a cabo conjuntamente y, bueno quien determina si hubo fraude o no son las autoridades y los tribunales electorales.
Se entiende y es válido que se manifieste, pero tiene que cuidar su narrativa y, lo más importante es que pruebe sus dichos si quiere lograr la autoridad moral para conseguir nuevas oportunidades a un cargo de elección popular o la dirigencia de Morena en Hidalgo, porque hasta el momento la pregunta es ¿por qué no se observa un acompañamiento de la dirigencia nacional?