Alberto Witvrun.- Se pueden entender los errores de organización y planteamiento temático de la Feria San
Francisco 2022, porque apenas cambiaba la administración estatal y la anterior no quería
que luciera, así que tuvieron que recular con el cobro del Teatro del Pueblo, hubo fallas en
la logística y en la promoción, que era uno de los más atractivos del centro del país.
Lo que no es explicable es como con el anunció del cartel del palenque, apareció la
reventa como una bofetada para quienes estaban haciendo un esfuerzo para asistir a una
de las presentaciones que baratas no están porque hay shows que tienen un costo
superior a los 4 mil pesos, es decir más del 60 por ciento de un salario mínimo general
mensual que es de 5 mil 186 pesos.
Cuando el 60 por ciento de la población con empleo formal gana 2.6 salarios mínimos,
aunque el argumento es que hay localidades baratas, entre mil 110 y 450 pesos, según el
artista, aún, así la proporción con relación al ingreso del grueso de la población es elevada
para acudir a estos espectáculos porque hay que agregar entrada a la feria, transporte y el
consumo de un refresco, una cerveza o una cuba.
A pesar de lo cuestionable de que el pueblo no pueda acudir a un espectáculo así, que
pague quien pueda hacerlo, lo reprobable es que cuatro horas después de ponerse a la
venta, los boletos de las zonas VIP y Dorada estaban agotados y aparecieron en reventa
con costos para Carin León hasta de 10 mil pesos en las zonas preferentes y de 2 mil 500
en general.
Así la Feria San Francisco es cuestionada y aún no arranca, en medio del silencio del
director de la Operadora de Eventos Marco Antonio Aranzábal, debiera acudir a Desarrollo
Económico (Sedeco) que de 1999 al 2005 la convirtieron en un foro de negocios además
de espacio de diversión para la población a bajo costo; solo pregunten al subsecretario
Horacio Ríos Cano; por lo pronto no se sabe quienes son los primeros beneficiarios con la
feria.
