En la entidad se producen anualmente más de 24 toneladas de néctar, con una utilidad potencial de un millón 700 mil pesos, lo que beneficiará a 184 integrantes de 46 familias de origen Náhuatl y Otomí, señaló Enrique Simón Romero, titular de la Comisión Estatal para el Desarrollo Sostenible de los Pueblos Indígenas (CEDSPI).
“Hidalgo tiene el potencial de convertirse es una polo de desarrollo y productor de miel que genere crecimiento sostenido en las regiones indígenas de la Huasteca, Sierra Alta y Sierra Otomí Tepehua”, señaló el titular de CEDSPI durante el banderazo de inicio de la construcción de la salas de extracción de miel en la comunidad de Zacayahualt, San Felipe Orizatlán.
Con una inversión superior a tres millones 400 mil de pesos, se inicia la construcción de cuatro salas de extracción de miel en los municipios de San Felipe Orizatlán, Lolotla, San Bartolo Tutotepec y Huehuetla, los cuales quedarán listas en aproximadamente dos meses y al finalizar contarán con zonas de recolección y almacenamiento, adelantó el funcionario.
Este proceso garantizará el aumento de la productividad para satisfacer la venta en el mercado local y nacional, además elevará la calidad para la exportación a Europa, principalmente a países como Alemania e Italia, mercados que tienen gran demanda por la miel de Hidalgo, por su sabor cítrico.
Cabe señalar que la entidad se producen anualmente mil 235 toneladas de miel y 42 toneladas de cera, lo que representa un valor de la cosecha de 58, 2 millones de pesos, por su parte cada empresa familiar cuenta con mil a 3 mil colmenas que producirán más de 24 toneladas de néctar, con una utilidad potencial de 1 millón 700 mil pesos, en 2 cosechas por año durante los meses de febrero – abril y octubre – noviembre.
Por otra parte, en Hidalgo los jóvenes están interesados en estudiar las ingenierías en Agrobiotecnología y Proceso de Alimentos, carreras que se imparten en la Universidad Tecnológica de la Huasteca, donde los egresados cuentan con los conocimientos para aprovechar los recursos disponibles en sus localidades para impulsar las empresas apícolas.
Por Jehieli Hernández