Alberto Witvrun.- El ejercicio favorito esta semana en Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) es
péguenle a Rico, no Benjamín que es el candidato opositor a vencer, a Marco Antonio Rico
Mercado presidente del Comité Ejecutivo Estatal, por las inconformidades que de manera
natural se esperaban en buen porcentaje de municipios tras la postulación de candidatos
que más impactan al electorado: presidentes municipales.
El golpeteo va desde pronosticar debacles electorales como la del subsecretario de
Gobierno en Sierra y Huasteca hasta soeces insultos del Compa Nato, El Alacrán,
Fortunato González Islas que regresa a los brazos del Clan Universitario, el mismo de
fraudes con terrenos y concesiones de taxis, que en 1989 era parte de la banda de
asaltantes detenida y vinculada a Gerardo y Agustín Sosa Castelán.
En Tepeji, en Tulancingo, Tula, Mineral de la Reforma, Pachuca y otra veintena de
municipalidades acusan a Rico Mercado de imponer, comprar voluntades, manipular el
proceso; lo cierto es que, a él, le toca recibir las bofetadas en buena parte provocadas por
otros, producto de las venciditas nacionales.
Quienes contaminaron el proceso interno fueron los delegados nacionales; primero César
Cravioto Romero, sugirió pragmáticamente mesas de diálogo para lograr consensos y
cuando caminaban lo releva temporalmente Leonel Godoy Rangel que ortodoxamente
dijo que el método para definir candidaturas establecido en la convocatoria son las
encuestas.
Además, la parte central del proceso lo absorbe la Comisión Nacional de Elecciones que
cruzó información con el cuarto de guerra donde participan los secretarios de Gobierno,
del Despacho, de Educación, la dirigencia y nadie puede negar que se escucha la opinión
del jefe político, así que no se puede responsabilizar solo a Rico Mercado, porque las
decisiones fueron multifactoriales.
Cierto es que Morena se sacudió al Clan Sosa, a la triada de los Charrez, al neo cacicazgo
de Raúl Badillo y a otros porque el árbol se sacudió aunque prevalecen grupos de
permanencia y reciclados; ahora a esperar como se modifica la geografía político electoral
de Hidalgo y en aras de equilibrios y contrapesos esperemos que la oposición logre
arrebatar un tercio de ayuntamientos al partido gobernante.
