Alberto Witvrun.-Mediante la filtración de documentos de la Secretaría de la Contraloría, asoma la punta del iceberg de las irregularidades en el gobierno municipal de Pachuca presidido por Eduardo Eleazar García Sánchez quien alcanzó la titularidad de la Casa Rule, bajo el principio de ser “Un Ciudadano Como Tú” y aunque las cantidades en las que se vio perjudicada la hacienda municipal son mínimas rebasarán apenas los 20 millones de pesos, pero una investigación a fondo puede descubrir el tráfico de influencias de quien fuera un experimento electoral.
De joven involucrado en un fraude a una empresa manufacturera de camisas, ubicada en la colonia Rojo Gómez propiedad de un conocido y apreciado empresario, que se desistió de la demanda por atención a la familia coahuilense a la que pertenece, su arribó a la presidencia del Centro Empresarial de Hidalgo (CEH) filial de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) le abrió las puertas de la política partidista.
La concesión para recolectar desechos sólidos a la empresa Cambio Verde, las concesiones al Grupo Pachuca (léase Imperio Tuzo) de Jesús Martínez Patiño y el contrato con MoviParq para la instalación de parquímetros, son los yerros visibles con sospecha de corrupción pero los beneficios obtenidos parecen mucho más por las visibles propiedades acumuladas durante y después de su gestión de más de cuatro años, que incluyen por lo menos tres plazas comerciales.
El documento de la Secretaría de la Contraloría (PW/SP/366/2017) del que tiene conocimiento formal la presidenta Yolanda Tellería Beltrán, está acompañado, de recomendaciones; por lo que se desprende la posibilidad de un acuerdo con García Sánchez, para cubrirle la espalda; ahora se entiende porque fue rechazada por los panistas en la asamblea municipal la solicitud del regidor Nabor Rojas Mancera, para llamar a comparecer al ex alcalde, lo que ahora se podrá hacer.
Ahora el Congreso local, puede intervenir y solicitar una investigación completa, porque nadie se sorprenda si al ex alcalde le aparecen nuevas propiedades, como una que pusieron a su nombre en un nuevo fraccionamiento propiedad de la familia Escudero ubicado en terrenos aledaños a la sede estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a cambio de trámites que nunca cumplió.