Alberto Witvrun.- Tras la renuncia el 20 de junio de 2023 del presidente del Comité Directivo Estatal del
Partido Revolucionario Institucional (PRI) Julio Manuel Valera Piedras y ocho diputados
que integraban la fracción parlamentaria en la 65 Legislatura local, que fue el clímax de la
crisis que vivía este instituto político que se convulsionaba desde la candidatura de
Carolina Viggiano Austria a la gobernatura, vino la anti estatutaria llegada a la dirigencia
de Marco Antonio Mendoza Bustamante.
Por decisión de Alejandro Moreno Cárdenas y Viggiano Austria, el ex diputado federal,
desplazó a las secretarias general Victoria Eugenia Méndez Márquez y de organización
Maika Ortega Eguiluz, a quienes correspondía mediante prelación asumir la presidencia
del tricolor además de méritos y lealtad a su jefa política.
Desde entonces el PRI Hidalgo va de traspiés en traspiés, Mendoza Bustamante en las
negociaciones para el proceso 2024 fue recriminado por los dirigentes de sus entonces
aliados los partidos Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática Asael
Hernández Cerón y Héctor Chávez Ruiz por su incapacidad para resolver, porque todo lo
consultaba y las elecciones fueron un desastre; el PRI, solo triunfó en El Arenal, no
atribuible a la dirigencia estatal.
Candidatos a presidentes municipales, acusaron falta de apoyo y traiciones y fue
cuestionado que los diputados locales de representación proporcional sean Mendoza
Bustamante y Moncerrat Hernández Pérez; así se provocó una silenciosa salida de
militantes, más dolorosa que la del Grupo Plural Independiente que ponen en riesgo al PRI
de perder el registro estatal en 2027.
Este panorama nada halagador, se complicará porque estatutariamente tienen que elegir
en noviembre dirigencia, porque el 28 concluye el periodo que cubre Mendoza
Bustamante, a quien Carolina Viggiano, quiere mantener y empiezan a mostrarse
resistencias, de concretarlo habrá otra desbanda sobre todo en municipios estratégicos
como Pachuca y Tulancingo.
