En el marco del Día Internacional de la Mujer, el Poder Judicial del Estado de Hidalgo llevó a cabo el conversatorio “El papel de la mujer en la judicatura hidalguense», el cual, contó con la participación de la primera y tercera jueza del Tribunal Superior de Justicia del Estado de Hidalgo, María Gloria Moya Huerta y Olga Trevethan Cravioto; así como la primera magistrada, Estela Rojas de Soto.
La actividad estuvo encabezada por la presidenta del Tribunal Superior de Justicia y del Consejo de la Judicatura hidalguense Yanet Herrera, quien recordó que fueron estas tres mujeres, quienes abrieron el camino de la judicatura hace más de seis décadas, por lo que agradeció su participación para compartir sus experiencias y enseñanzas.
Desde entonces, consideró que ha sido un largo recorrido, no exento de dificultades; sin embargo, las mujeres en Hidalgo han logrado “romper el techo de cristal”, pues a 152 años de la vida institucional del Tribunal Superior de Justicia, tres mujeres han tenido la oportunidad de llegar a la presidencia, 52% de jueces son mujeres y de las cinco salas colegiadas existentes, todas están presididas por mujeres.
Por lo anterior, enfatizó en el reconocimiento que merecen las primeras juzgadoras, quienes con su lucha permitieron a las mujeres entrar en un mundo que en antaño era solo para hombres; asimismo, llamó a las actuales y futuras generaciones, para que el acceso a la judicatura sea siempre por capacidad, sentencias, resoluciones y concurso, reconociendo su capacidad intelectual.
En su intervención, la primera juzgadora hidalguense María Gloria Moya externó su satisfacción porque actualmente tantas mujeres estudien derecho y aporten nuevos conocimientos y al Poder Judicial. En tanto, Estela Rojas, primera magistrada, recordó los retos que tuvo que enfrentar al ser la primera mujer en acceder a ese cargo y cómo se fue ganando el respeto de sus compañeros; mientras que la tercera jueza Olga Trevethan habló sobre lo difícil que fue demostrar sus habilidades en un mundo de hombres, así como circunstancias propias de la época, la existencia de un solo ejemplar impreso del código civil y otros detalles de trato con abogados litigantes.
En la actividad participaron también la magistrada Isabel Sepúlveda Montaño, quien fungió como moderadora; así como la magistrada Hortensia Ramírez Ramírez, quien realizó una relatoría.