Alberto Witvrun.- En diciembre de 2017 en el restaurante Tiro Girault del Club Universitario de Tenis, la
firme negativa de ceder la candidatura de segunda fórmula al Senado de la República de
Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de Julio Menchaca Salazar, fue histórica
para Hidalgo, porque evitó que el jefe de uno de los grupos políticos de permanencia más
nefastos en la historia de Hidalgo se perfilara a la candidatura a gobernador que le fue
negada en dos ocasiones en el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Culminaba en ese encuentro las negociaciones que no acuerdos iniciados por Alejandro
Olvera Mota, para su jefe Gerardo Sosa Castelán con la dirigencia nacional de Yeidckol
Polevnsky que envió a su secretario de Organización Gabriel García Hernández a cerrar
acuerdos; testigos al delegado Octavio Oropeza Romero y al presidente estatal Abraham
Mendoza Zenteno.
Ahí en medio de arcos de piedra y barra de madera, la propuesta a García Hernández fue
concreta “lana y estructura” a cambio de la candidatura comprometida por Andrés
Manuel López Obrador; la primera era inamovible por razón de género y había recaído en
la ex perredista +Angelica García Arrieta, lo que tajante rechazó Julio Menchaca, así que, a
Gabriel García, a quien interesó la oferta negoció por un paquete de candidaturas a
diputados locales y federales.
Así de golpe y porrazo, Gerardo Sosa se anotaba un triunfo a medias, porque su proyecto
era construir como senador su candidatura a la gubernatura, lo que se había propuesto
desde 1986 con su alianza con José Antonio Zorrilla Pérez, bajo el principio de primero tú y
luego yo, lo que se le cayó al huir el zimapense cuando era candidato a diputado federal,
tras ser acusado de autor intelectual del homicidio del periodista Manuel Buendía.
Lo volvió e intentar en 1998, pero la interna favoreció a Manuel Ángel Núñez y el
perdedor fue José Guadarrama; él logró la presidencia del PRI y la promesa de ser
candidato al Senado, pero en 2006 fue postulado el ex gobernador Jesús Murillo Karam y
solo alcanzó una diputación plurinominal, así que inició su doble juego queriéndose
apoderar de Acción Nacional (PAN) y luego de Movimiento Ciudadano (MC).
La última oportunidad de Gerardo Sosa, para hacer realidad su obsesión era Morena y al
no lograrlo su meta es conservar el control de la UAEH y para lograrlo requiere poder
político, por eso utiliza la franquicia obtenida de Alberto Anaya en 2021 y en voz de su
títere Javier Vázquez Calixto reta al gobernador.
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