Alberto Witvrun.- Hace unos días presenciamos la manifestación del hibrido entre izquierda vegetariana y
fundamentalista en lo que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación
(CNTE) quiere convertir a alumnos de la normal rural Luis Villarreal de El Mexe, bajo el
argumento de que el inmueble que ocupó antes de que gobiernos priistas la
desaparecieran con el pretexto de sus violentas protestas y un modelo agotado, y que en
parte utiliza la Universidad Politécnica de Francisco I. Madero (UPFIM) debe ser
reintegrado tal cual.
Los trasnochados dirigentes que no encontraron la tercera vía y, ni siquiera militaron en el
democrático Consejo Central de Lucha del Magisterio Hidalguense (CCLMH) que luchó
contra Vanguardia Revolucionaria, quieren que por arte de magia el gobierno desaparezca
un proceso de 16 años de la universidad e instigan a los alumnos para mostrarse violentos,
lo que revive en la memoria social la percepción negativa.
El Mexe, cerró el 6 de julio de 2008 y, se abrió la UPFIM, para darle otra alternativa
educativa a jóvenes del medio rural; pero en la campaña presidencial de 2018, Andrés
Manuel López Obrador se comprometió a reabrir la Luis Villarreal, que había funcionado
por 82 años, pero que bien pueden convivir en beneficio de las juventudes rurales.
El gobierno anterior retrasó reapertura y remodelación del casco central, que aceleró este
gobierno, al invertir 30 millones de pesos; porque Omar Fayad como secretario de
Educación “sufrió” a El Mexe y no quería bloqueo de calles, secuestro de autobuses y
vandalización, lo que sucedió el jueves.
La protesta vandálica, fue para exigir dormitorios del internado, para lo que hay recursos
por 17 millones de pesos, que se tienen que licitar, lo que no entienden, dirigentes de la
CNTE, no los alumnos; señal de trasfondo político, no lucha legítima, mientras los
universitarios, tiene derecho a reclamar suyas las instalaciones en que nació la UPFIM.
Además, la Luis Villarreal, por los planes educativos, no puede rebasar una matrícula de
480 estudiantes, hoy tiene 300, por lo que solo repondrá los 50 o 60 alumnos de la
primera generación y un pequeño porcentaje más; por lo pronto hay que esperar la
reacción de las autoridades educativas, cuya postura es “dialogo si, chantaje no”.
