Alberto Witvrun.-Con la experiencia de las elecciones en que se renovaron 82 de 84 ayuntamientos arrancaron los procesos electorales para renovar los congresos federal y local, donde los candidatos tendrán que innovar para evitar los estragos del Covid-19 que cobró varias vidas de candidatos y presidentes municipales en funciones lo que levanta expectativas de que estructuras operarán mejor.
Con una proyección de partición ciudadana que ronda el 56 por ciento del listado nominal del padrón electoral, la atención se centra en sí las coaliciones Va por México y Va por Hidalgo, revierten el resultado de 2018 y le arrebatan los triunfos a Juntos Haremos Historia que presenta graves rompimientos y que no lleva al presidente Andrés Manuel López Obrador en las boletas.
En el ámbito local la imposición de candidatos en los partidos Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y del Trabajo (PT), fracturaron sus estructuras y crearon malestar en la militancia y le apuestan a ser identificados con el mandatario para adjudicarse los triunfos electorales, que son amenazados nuevamente por el voto de castigo.
En lo federal la búsqueda de la relección de cuatro legisladores: Simey Olvera, Lydia García, María Isabel Alfaro y Fortunato Rivera, no son garantía de triunfo para Morena, en este último caso los reclamos por su desatención al electorado han sido continuos, lo que se reflejó en la derrota de Cristina Sánchez, su esposa en San Felipe Orizatlán, donde él era su principal activo, mientras que las candidatas de Pachuca, Actopan y Tulancingo, no hicieron un trabajo de permanencia.
Habrá que esperar como se presentan las campañas de los candidatos de Va por México, donde suman esfuerzos los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD) y si son capaces de convencer al electorado de que lo importante no son sus ideologías, sino evitar que Morena tenga nuevamente mayoría en el Congreso de la Unión.