Alberto Witvrun.- Se encendieron las luces rojas en el cuarto de guerra de Valle de Cáceres en San Javier al
deslindarse en el Partido del Trabajo (PT) un grupo de candidatos a presidentes
municipales del Clan Sosa Castelán; si bien la mayoría mantendrán sus candidaturas, no
quieren que de ganar se les identifique con el grupo que domina desde hace 4 décadas a
la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) y quiere secuestrar a este instituto
político.
El espejismo que pretendió generar el jefe del clan Gerardo S. C. desde su prisión
domiciliaria empieza a diluirse, la pretendida victimización diciéndose perseguidos por el
gobierno estatal no permeo, más cuando ubicaron como perseguido político a Armando
M. O. candidato a diputado local por Mixquiahuala y alcalde con licencia de Progreso de
Obregón, por no justificar 5.7 millones de pesos de la cuenta pública 2022.
Decir que 30 de sus candidatos se ampararon, solo revela que tienen cuentas pendientes
con la justicia, el candidato a diputado local y ex rector Adolfo Pontigo Loyola, tiene
pendiente la aclaración de mil 300 millones de recursos federales de su gestión en la
UAEH, su antecesor y candidato a presidente municipal de Pachuca, Humberto Veras
Godoy la ilegal “compra” de 50 hectáreas de viñedos en Ensenada, Baja California.
Y su candidato al Senado y hermano del jefe del clan, Damián Sosa Castelán, antes se
iniciar campaña solicitó un amparo, porque se asegura, también es investigado en el
proceso que le siguen a su hermano por operaciones con recursos de procedencia ilícita
por 58 millones de pesos y delincuencia organizada y, se tendrían que revisar los
antecedentes de sus candidatos por San Agustín Metzquititlán y San Salvador.
En este escenario interno Flor Nochebuena Manuel Gutiérrez, declinó a la candidatura
petista por Xochiatipan, acusando al Clan Sosa Castelán de “secuestrar” al PT y tratar de
obstaculizar al gobierno estatal y de perseguir intereses personales y de grupo, no los de
la transformación.
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